Embarcarse en un espectáculo de Ron Lalá implica subirse en un barco que va a navegar por todas las emociones del ser humano, hacerlo sin giros de timón y siguiendo el rumbo que lleva desde la risa a la lágrima, de la reflexión a la sin razón y rompiendo la cuarta pared del teatro. Es un viaje, además, que ocurre con música y desde el corazón. Todo esto y mucho más es lo que propone la compañía en La Desconquista, la obra con la que la compañía regresa al verso y al clásico y también a Almagro tras cinco años sin visitar el Festival Internacional.
Con entradas agotadas y aplausos de muchos minutos al final de la obra, los de Yayo Cáceres regresan al teatro total con un texto de Álvaro Tato en el que mensaje y espectáculo se unen desde el inicio. Empezando en mitad de la acción con un barco a la deriva que maneja Juan Cañas , mientras suenan los acordes de la guitarra en manos de María Magdalena. Él y Luis Retana hacen las veces de cronistas de Indias, narrando las desventuras de tres náufragos, el propio Cañas, Diego Morales y Daniel Rovalher, que entre texto en verso y prosa, narran los motivos que les llevan a embarcar a las Américas, a soñar con patatas y a huir de España.
Los primeros 20 minutos son de un ritmo trepidante en el que se ve el espectáculo de Ron Lala en toda su extensión, jugando con la música y las expresiones. Un ritmo que el viernes tuvieron que retomar, en uno de los puntos más difíciles, cuando ese arranque a toda velocidad se para para centrarse en uno de los personajes, ante la indisposición de un personaje. Cinco minutos de parada, antes de seguir con el espectáculo, con la dificultad que implica regresar al humor, ante un momento tan serio entre el público.
Comedia con corazón - Foto: Jesus MonroyEl método Ron Lalá
Los cinco crean un espectáculo de los que se hacen cortos y que tienen toda la esencia de Ron Lalá. Hay música, hay baile, hay juego escénico convirtiendo el océano en una sábana, el teatro en la jungla y cuatro tablas y una tela en un recorrido por los cinco siglos de historia que separan la actualidad de aquel momento en que se llegó a América. Sin tirar de panfletos, sin necesidad de grandes consignas, la obra navega por el difícil terreno de contar lo que muchos ven como agravio, al descubrir un territorio habitado y conquistarlo, y otros como la gran pérdida, el imperio que se fue. Lo hacen desde el humor, mostrando todos los puntos de vista unidos en el legado que ellos dejaron en España y la España que se quedó allí. Un espectáculo digno de los grandes Les Luthiers, los únicos que se atrevieron a tanto con la gran aventura del Siglo de Oro.
Una genialidad de este juego entre lo que España dio América y lo que le quitamos y que se puede simbolizar en la patata. Un fruto tan denostado en su inicio como amado después, que permite soñar con él y convertirlo casi en un dios en el escenario. Pura magia teatral, al estilo del mejor Ron Lalá.
Esta premisa se enmarca entre las grandes actuaciones de Cañas, Rovalher y Morales. Los tres reconvertidos en un preso huido, un conquistador y un monje, aunque sus secretos se irán descubriendo conforme avanza la trama. Tres grandes actores y tres protagonistas subidos a las tablas y que recitan el verso sin dudas, hilando canciones y momentos en prosa que dirigen a la acción y que siempre, cuando llegan al momento más trágico con un monólogo para cada uno, se rompen con una sonrisa, llevando poco a poco al espectador hacia el clímax de la obra.
Comedia con corazón - Foto: Jesus MonroyMientras, fuera de esa barca, jugando con el mundo, Cañas y Retana van hilando personajes, convirtiéndose en dioses precolombinos, en reyes, piratas o tiburones, que mandan sobre los náufragos y que crean una atmósfera con muy pocos adornos.
Ron Lalá deja con este espectáculo el pabellón alto para lo que resta del festival. Un montaje que no defrauda a quienes llevan cinco años esperando su regreso al clásico. Una obra casi a la altura del Quijote que les dio a conocer al gran público y que deja al espectador con ganas de haberlo saboreado más que dos días en esta edición.
Reparto
Juan Cañas
Miguel Magdalena
Diego Morales
Luis Retana
Daniel Rovalher
Comedia con corazón - Foto: Jesus MonroyEscenografía y vestuario
Ron Lalá y Tatiana de Sarabia
Iluminación
Miguel Ángel Camacho
Video
David Ruiz
Asesor/a de Verso
Álvaro Tato
Música
Yayo Cáceres, Juan Cañas, Miguel Magdalena y Daniel Rovalher
Adaptación
Álvaro Tato
Producción
Ron Lalá
Producción ejecutiva
Martín Vaamonde
Comunicación y distribución
Ron Lalá (redes sociales) y María Díaz (prensa)
Administración
Juan Cañas
Dirección musical:
Miguel Magdalena
Sastrería:
Maribel RH
Diseño de producción:
Ron Lalá y Emilia Yagüe