Las comunidades de vecinos de la provincia se enfrentarán a un nuevo invierno «crudo» debido al alto precio del gasóleo y del gas. De momento, están aprovechando un pequeño respiro que ha ofrecido el gasóleo para llenar el depósito de las calderas en estos días, ya que su precio se sitúa en torno a los 1,05-1,06 euros el litro, frente a los 1,16-1,20 euros que tenía por estas fechas el año pasado. Sin embargo, desde el Colegio de Administradores de Fincas recuerdan que su precio sigue por encima del euro con la previsión, además, de que «van a subir», indica su presidente, José Cerros.
Explica que el elevado precio del combustible de este año se suma al del año pasado, de manera que asegura que las comunidades de vecinos están ya «agotadas». «La gente no puede pagar tanto», dijo en referencia al desembolso que supone la factura energética, a la que se unen otras como el gasto de la alimentación.
El elevado precio no sólo se ha registrado en el gasóleo, también en el gas, que ha podido «subir alrededor de un 50% desde hace unos años», por lo que Cerros comentó que algunas comunidades no podrán encender la calefacción al no poder hacer frente a estos recibos.
De hecho, comentó que ya el año pasado se tuvieron que girar varios recibos extra para hacer frente a la subida, la que encuadró en las distintas guerras que tienen lugar y en las consecuencias que han tenido para los recursos que se utilizan en las calefacciones.
Aun así, explicó Cerros, la morosidad en las comunidades de vecinos «no ha subido mucho», lo que atribuye al compromiso de los usuarios con los pagos, aunque afirma que los bancos siguen siendo los que más deben. «Cobran comisiones por todo y no pagan las cuotas de la comunidad, las pagan cuando venden el piso», comentó no sin cierta exasperación el presidente del Colegio de Administradores de Fincas.
Por otra parte, detalló que las comunidades de vecinos que utilizan la calefacción central son todavía «muchas». Argumentó que la colocación de repartidores de costes «no son rentables» y que por ello muchas comunidades han optado por mantenerse como estaban, máxime teniendo en cuenta además que actualmente la normativa europea no establece la obligatoriedad de cambiar el sistema. «No es obligatorio, por ahora», apostilló.
En la provincia de Ciudad Real, el gasóleo es el combustible más utilizado por las comunidades de vecinos, seguidos del gas, dos productos que han experimentado un alza de precios considerable en el mercado. Por lo que respecta a la electricidad, indicó que no hay comunidades que se abastezcan con este sistema.