Con motivo hoy del Día Internacional de la Danza y con el fin de rendir homenaje a este baile y su universalidad, más allá de las barreras políticas, culturales y étnicas, numerosos artistas y creadores relacionados con esta disciplina mandan un mensaje de optimismo para que la gente baile, porque «el que no baila, está muerto», así de rotundo se mostró ayer el coreógrafo y bailador español Israel Galván.
Además, distintas instituciones como la Compañía Nacional de Danza o el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía se vuelcan con esta celebración por medio de jornadas de puertas abiertas, en el primer caso, o con numerosas actuaciones gratis en los espacios del centro moderno.
La fecha escogida para celebrar este acontecimiento artístico coincide con el aniversario del creador del ballet moderno, Jean-Georges Noverre (1727-1810) y se estableció en 1982 por la Unesco, atendiendo a una iniciativa del Comité Internacional de Danza, perteneciente al Instituto Internacional de Teatro.
Israel Galván, Premio Nacional de Danza en 2005 y artista asociado al Théâtre de la Ville de París y al Mercat de les Flors de Barcelona, ha sido seleccionado por el Instituto Internacional de Teatro (ITI) como el autor del Mensaje Oficial de este año.
Sus palabras hacen referencia a la danza y al movimiento como vida: «¡Todos están bailando! ¡No lo saben pero todos están bailando! Me gustaría gritarles: ¡hay gente que todavía no lo sabe!, ¡todos estamos bailando!, ¡los que no bailan no tienen suerte, están muertos, ni sienten ni padecen!».
En este texto, Galván menciona a Carmen Amaya, Valesca Gert, Suzushi Hanayagi o Michael Jackson, entre otros, autores de una «danza inclasificable» a quienes ve como «turbinas generadoras de energía. Seguramente lo importante no es la coreografía, sino precisamente esa energía, el torbellino que provoca», señaló.
Asimismo, reivindicó la fusión, a la que prefiere llamar «fisión»: «Una mezcla atómica: una coctelera con los pies clavados en el suelo de Juan Belmonte, los brazos aéreos de Isadora Duncan y el medio cimbreo de barriga de Jeff Cohen en Los Goonies».
«Nuestra tradición también es esa mezcla, venimos de un cóctel y los ortodoxos quieren esconder su fórmula secreta. Pero no, razas y religiones y credos políticos, ¡todo se mezcla!, ¡todos pueden bailar juntos!. Quizás no agarrados, pero sí unos al lado de los otros», recalcó el coreógrafo.
Su mensaje va dedicado a «una persona cualquiera que en el mundo esté bailando en este justo momento». «Pero, permitidme una broma y un deseo: bailarines, músicos, productores, críticos, programadores, demos un fin de fiesta, bailemos todos, como lo hacía Béjart, bailemos a lo grande, bailemos el Bolero de Ravel, bailémoslo juntos», anotó.
Mestizaje.
Por su parte, el Presidente del Consejo Internacional de la Danza Unesco, Alkis Raftis, hizo público también un mensaje en el que pone la atención sobre el descuido de los coreógrafos en la referencia y atención hacia las otras artes.
«Estoy seguro de que el público podría apreciar la inclusión de otras disciplinas en los espectáculos de danza, a partir de las artes clásicas: pintura, escultura, teatro, música, poesía, arquitectura, así como de otras expresiones artísticas más modernas como la fotografía, el cine, diseño multimedia, de iluminación, de sonido...», señaló.
En este sentido, tal y como indicó este año el Consejo Internacional de la Danza, la propuesta común es la de combinar la danza con la pintura, dibujo, escultura y otras formas de trabajo creativo de las artes plásticas.
Por ello, agradeció la labor de la presidenta de la Asociación Internacional de Arte, Rosa María Burillo de México, para «movilizado» a artistas de decenas de países en la cooperación con coreógrafos, bailarines y profesores en eventos comunes de todo tipo.
Por último, el director del Ballet Nacional, Antonio Najarro, aseguró que «la danza tiene que ser accesible para todo tipo de público, no solo para los que puedan pagarse una entrada en los teatros importantes». Así lo indicó durante la presentación del Master Class del Ballet Internacional para personas con discapacidad intelectual que se ha desarrollado en el marco del Día Internacional de la Danza.
«Esta disciplina debe ser un motor de sensibilización de los jóvenes necesitados y no tan necesitados, un motor que remueva muchos aspectos internos en las personas. No es solo un medio de expresión, sino de disciplina, y la disciplina respetuosa y positiva es muy importante en estos momentos en España», añadió Najarro.
En este sentido, el director advirtió de que hace falta apoyo para este tipo de actividades que promueven la inclusión social.