Mayasa estudiará el futuro de la planta de mercurio de Almadén

Ana Pobes
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La empresa pública pide autorización a la Junta para poder almacenar 27,6 toneladas de este elemento para decidir el destino de esta planta y dar continuidad o no a la fase experimental

Mayasa estudiará el futuro de la planta de mercurio de Almadén

La planta de estabilización de mercurio que la Sociedad Estatal de Participantes Industriales (SEPI) construyó en Almadén no se ha puesto en marcha. La empresa pública, accionista única de Mayasa, finalizó el montaje de la planta en 2018, pero nunca ha funcionado a pesar de su esfuerzo y afán para que el sistema echara a andar tras una inversión que superaba los tres millones de euros. Ante esta situación, la empresa estudiará el futuro de la planta en el plan estratégico que está elaborando en la actualidad. Una decisión «compleja», señalan desde Mayasa, ya que todo el mercurio en Europa está tratado, y en ese mercado ya poco se puede hacer, por lo que de ese futuro plan estratégico saldrá el destino de la planta.

Mayasa firmó, entre los años 2017 y 2018, contratos con varias empresas químicas para el almacenamiento y tratamiento de su mercurio metálico, pero ante la imposibilidad de poner en marcha la planta, debido a diferentes vicisitudes, la empresa tuvo que enviar a otra planta de fuera de España, concretamente en Alemania, más de 400 toneladas de mercurio que no fue capaz de tratar. Desde el 31 de diciembre de 2022, la normativa europea no permite almacenar mercurio, por lo que ante la posibilidad de dar un uso o no a la planta vinculado a la línea de la investigación I+D, Mayasa necesita una determinada cantidad de mercurio con la que investigar y poder decidir sobre el futuro de la planta, y con ese objetivo ha solicitado a la Dirección General de Economía Circular de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha poder almacenar durante tres años 27,6 toneladas de mercurio, y así evaluar «si dar continuidad a la fase experimental de la planta», comenta Reyes Ávila, uno de los directores y responsables de Mayasa.

El objetivo es que esas 27,6 toneladas de mercurio se queden en Almadén «a la espera de tomar una decisión sobre qué hacer», argumenta Ávila. Y es que, «sin ese mercurio no se puede investigar nada, ni a nivel industrial ni a escala más pequeña», añade al tiempo que recuerda que esas toneladas proceden de un proyecto europeo de investigación Mersade, financiado en su momento por la Unión Europea a través del programa Life. Por lo tanto, este mercurio es lo que queda de aquel proyecto, unas toneladas que iban a ser transferidas en diciembre, pero que tras la autorización de la Administración para su almacenamiento por parte de Mayasa, la empresa lo usará para decidir sobre el futuro de la planta, ya que de seguir con la investigación habría que replantear el proceso y el modelo de desarrollo y estudiar su evaluación en términos económicos.

 La planta está enclavada en el paraje Las Cuevas, a unos diez kilómetros del casco urbano Almadén y donde se encuentra instalado el antiguo almacén comercial para la exportación del mercurio. Un proyecto con el que se esperaba tratar 320 toneladas de mercurio metálico al año para solidificar tras más de tres millones de euros de inversión para aceptar, analizar, depurar, envasar, almacenar y expedir mercurio metálico con las máximas garantías de seguridad ambiental y laboral.