Un índice que no tiene techo

Carlos Cuesta (SPC)
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Las constantes subidas de las cuotas hipotecarias marcadas por el alza del euríbor están siendo un auténtico quebradero de cabeza para muchas familias que no pueden hacer frente a sus pagos

Un índice que no tiene techo - Foto: Imagen de Freepik

Las constantes subidas de las cuotas de las hipotecas en los últimos trimestres se han convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza de una buena parte de los españoles. Un fenómeno en el que los ciudadanos observan impotentes las revisiones de su crédito vivienda a tipo variable con las constantes alzas del euríbor, que parecen no tener techo, desajustando sus presupuestos domésticos con cifras que para muchas familias son inasumibles.

Una situación que, aunque en menor medida, también afecta a los usuarios que contratan hipotecas a tipo fijo. Así, como consecuencia del encarecimiento del dinero, están experimentando también incrementos inusuales que, en muchas ocasiones, les echan para atrás a la hora de firmar un préstamo para comprar un piso ante unos intereses cada vez más altos que encarecen la vida del crédito a 20 y 30 años vista.

El euríbor de este pasado mes de mayo ha cerrado prácticamente ya en la frontera del 4%, con un 3,862%, aunque lejos aún del récord histórico que firmó en julio de 2008, cuando alcanzó el 5,393% tras la crisis financiera de las conocidas hipotecas subprime y haciendo olvidar a las familias las tasas negativas que regían hace solo un año. Desde febrero de 2016 hasta abril del pasado año, el índice estuvo en números rojos.

El mes de julio de 2022, el Banco Central Europeo cambió de estrategia e inició una carrera que encareció el dinero en un tiempo récord.

La subida del 0,11% respecto a abril calca prácticamente las de los últimos meses. En el cuarto mes, el alza fue de 0,11 puntos, en marzo de 0,11 y en febrero del 0,19. Es decir, si de enero a mayo ha crecido medio punto, en el mismo período del 2022 llegó a elevarse casi ocho décimas. 

La tasa media de mayo llegó al 3,862%, ampliamente superior al 0,287% del mismo mes del pasado curso, lo que significa que las hipotecas cuyos contratos toque ahora la revisión anual, verán cómo su coste a pagar mes a mes se dispara. Como ejemplo, para un crédito vivienda de 150.000 euros, a un plazo de 30 años y un euríbor más un interés del 1%, la cuota subirá unos 360 euros mensuales o 3.480 euros al año.

Los expertos financieros aseguran, que la curva de mayo resulta gravosa para las familias más vulnerables, pero destacan que el indicador ha comenzado a debilitarse, aunque esto no signifique que vaya a empezar a caer de inmediato, sino que se mantendrá en estos niveles a hasta el segundo semestre de 2024.

En este contexto, el panel de previsiones de Funcas calcula que el euríbor a un año rozaría el 4% a finales de 2023, para descender posteriormente hasta situarse por debajo del 3,5% a finales de 2024.

También la Asociación de Usuarios Financieros prevé que la incertidumbre marcará una escalada por encima del 4%, que seguirá hasta el último trimestre del año, en el que ya podría cambiar la tendencia.

A principios de mayo, el BCE ejecutó su séptima subida de tipos en menos de un año, ubicando el precio del dinero en el 3,75% y la facilidad de depósito en el 3,25%. Se trata de un dato muy alto, pero que aún dista mucho de los índices que establece la Reserva Federal de EEUU (FED) que están entre el rango del 5% y el 5,25% o, el Banco de Inglaterra, que los mantiene en el 4,5%.

Se espera que el BCE aplique aún nuevas alzas, pero la recesión de la economía de Alemania está pesando mucho en su política monetaria y todo apunta que podría cambiar.

Críticas al BCE

Para el ciudadano medio, no es comprensible la política del BCE que, aunque entiende que el precio del dinero debe garantizar el negocio financiero, critica que se está pagando un alto precio para controlar la inflación provocada por la guerra de Ucrania y la escasez de materias primas hasta fijar en el techo de gasto que establece Bruselas en una cifra próxima al 2%.

Las políticas antiinflación del BCE de aumentar el precio del dinero, limitando sus movimientos y endureciendo las condiciones para reducir los préstamos, está sacando ya a muchas familias del mercado. Se trata de personas que, en ocasiones, están devolviendo las llaves de su casa a su entidad bancaria y volviendo al alquiler, a compartir piso o, incluso, a regresar a casa de sus padres.

 En definitiva, el euríbor está limitando el crecimiento de la economía y llevando a tasas de estrés financiero a familias y empresas que no pueden hacer frente a una situación de incertidumbre que les supera con unos valores que se alejan de sus posibilidades financieras.