«Deseé con toda mi alma que hubiera una explicación lógica»

M. E.
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Un matrimonio, empleado del Registro de Manzanares, y de máxima confianza de su titular, se enfrenta a penas de cárcel acusado de apropiarse de más de 208.000 euros

Los acusados, en primer plano, escuchan el testimonio de la denunciante, en la silla ante el tribunal. - Foto: Rueda Villaverde

La Audiencia Provincial acogía este miércoles una maratoniana primera jornada en la que se juzgaba a un matrimonio por un delito continuado de apropiación indebida, acusado de haber desviado más de 208.000 euros en el Registro de la Propiedad de Manzanares. Se enfrentan a cuatro años de cárcel según el escrito de acusación del fiscal, y a más de seis años según la petición de la acusación particular, ejercida por la propietaria de la registradora.

Según el testimonio de esta, los dos empleados se aprovecharon de la confianza que tenía depositada en ellos para provocarle un perjuicoo económico buscando un beneficio propio, alterando la contabilidad de la empresa, al menos desde el año 2011 hasta 2017, que es cuando descubrió que se estaban cometiendo irregularidades.

En concreto, las dudas de la denunciante afloraron cuando, según su versión, se detectaron una decena de facturas, todas ellas por un importe de 7,27 euros, en concepto de 'asiento presentación', que realmete correspondían a ingresos muy superiores, en algunos casos de más de 2.000 euros.

Uno de los acusados, de iniciales J. M. F. P. L., era el único autorizado a realizar movimientos en la cuenta bancaria del Registro, junto con la propietaria. Cuando esta le llamó al despacho para pedirle explicaciones, él negó haber realizado cualquier tipo de irregularidad. «Deseé con toda mi alma que hubiera una explicación lógica», dijo la denunciante ante el tribunal, y añadía que cuando le sugirió pedir responsabilidades a su mujer, M. R. S. R., empleada también del Registro, «se transformó», elevó el tono de voz y aceptó firmar una declaración en la que él se hacía responsable de todo lo sucedido, exculpándola a ella.

Al proceder a levantar acta notarial de lo que el acusado guardaba en sus cajones del despacho, fueron saliendo a la luz más irregularidades con el asiento de los movimientos y la facturación, detectándose, según su denuncia, un centenar de facturas manipuladas con una cantidad muy inferior a lo realmente ingresado, pero eliminando el 'cobro', que después se lo activaban, pero ya con el ejercicio económico cerrado, por lo que el descuadre de cuentas no era detectado: «Me he dejado la vida, los años y los ojos revisando facturas», decía la registradora, que acusaba al matrimonio de haber empleado el dinero en reformas en una casa de la playa, en una hermandad de la que él es muy devoto y en gastos generados por su hijo.  

Mañana será el turno de los testimonios de los dos acusados, cuyos abogados han seguido la línea de defensa de que las únicas irregularidades que se cometieron en la contabilidad fueron anticipos de nóminas de los empleados, pero que en todo caso fue con la autorización de la propietaria del Registro. 

Además de la pena de prisión, los acusados de enfrentan al pago de una indemnización de 16.269 euros para la registradora por los perjuicios ocasionados, y de 192.900 euros a la aseguradora Generali España SL, que es la respondió tras la denuncia de la registradora.