Forges defiende la creatividad

Diego Farto / Ciudad Real
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El dibujante fue el gran protagonista de la primera jornada del Salón del Cómic, con una conferencia y una exposición

Antonio Fraguas, más conocido como Forges, el nombre con el que firma sus viñetas, fue la estrella indudable de la jornada de inauguración del II Salón del Cómic de Castilla-La Mancha. El dibujante, con más de 50 años de trayectoria, defendió ayer la calidad y la creatividad de los dibujantes españoles al tiempo que hizo un canto a la libertad de expresión y a la responsabilidad a la hora de expresarse.

El humorista, que atendió a los medios de comunicación, ofreció una charla en el antiguo casino y luego inauguró una exposición de sus dibujos en el Convento de la Merced, hizo un llamamiento a la unión de todas las personas que viven del mundo de la ilustración y el dibujo. «Es muy importante que todas la gente que nos dedicamos a estas cosas seamos conscientes de lo que significamos dentro del mundo cultural, pero no sólo los españoles, sino en el ámbito europeo.

En su opinión el cómic es «uno de los vehículos culturales más polivalentes», pero sus artistas reciben menos dinero en la época de su mayor auge gracias a internet. De esta forma, «está difícil llevar una vida digna a través del cómic». El dibujante denunció que a través de la red hay empresas que «se están forrando», entre la que incluyó «los agregadores de noticias y otros son las compañías telefónicas».

El autor señaló que en España «hay grandes autores del cómic y gente que trabaja fuera», lo que le llevó a la consideración de que en el país «hay una escuela muy importante», que además ha seguido desarrollándose. En esta línea apuntó que «hay gente que se atreve a hacer cosas que nosotros ni nos planteábamos porque sabíamos que era imposible». Igualmente, se confesó admirador de Alfonso Aizpiri, al que definió como «un maestro».

Un cómic de historia. El humorista defendió la capacidad de las viñetas para tratar cualquier cuestión. «Se puede hacer un cómic de la historia de España, y parte de historia del mundo también», afirmó aunque reconoció que prefiere dedicarse a su viñeta diaria. De esta forma, reconoció que se siente «sorprendido» cuando conoce los estudios en los que trabajan muchos de sus compañeros, «yo dibujo en la mesa de la cocina, en cualquier sitio».

En cuanto a la exposición que ayer se inauguró en la primera planta del Convento de La Merced, reconoció que no supo nada de ella, «hasta que me llamaron para verla montada, no sabía que la estaban haciendo», con un resultado que le pareció prodigioso.

Sin embargo, la muestra original propiedad de la Universidad Complutense de Madrid, combinaba las viñetas de Forges con los ejemplares de El Quijote propiedad de la institución académica, procedentes de la biblioteca del Marqués de Valdecilla por donación. A cada ilustración le correspondía una frase de la obra que podía estar dentro del trabajo del dibujante o simplemente verse reflejada en su pequeña historia de esa viñeta. Ahora los dibujos se muestran en solitario, pero inciden en ese espíritu con que Cervantes impregnó su obra más conocida.

Forges reconoció también ante los medios de comunicación que intenta ser un poco Quijote, «mi tercer apellido es Saavedra, entonces algo tengo que tener seguro. A lo mejor puedo ser descendientes de Cervantes y algo de Quijote debo tener, sobre todo, la cabeza muy loca».