«El ritmo tiene una importancia absoluta en mi poesía»

Diego Farto
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El escritor Fernando José Carretero presentará mañana su sexto poemario, titulado Rumor de la marea que baja, editado por Mahalta

Fernando José Carretero. - Foto: Rueda Villaverde

El autor, nacido en Ciudad Real, es licenciado en Filología Hispánica y ha ejercido de profesor de Lengua y Literatura en diferentes centros de Educación Secundaria, su último destino antes de acceder a la jubilación fue en el Instituto Maestro Juan de Ávila. Sin embargo, su actividad literaria continúa con plena intensidad una vez liberado de sus obligaciones docentes. La cita con el poeta será mañana a partir de las 19.30 horas en el claustro del antiguo Convento de La Merced, donde estará acompañado por el también poeta y artista manzanareño Teo Serna.

Presenta Rumor de la marea que baja, su sexto poemario, cuatro años después de El cuaderno iluminado, ¿en qué ha cambiado su poética de una obra a otra y en qué permanece?

Si bien son dos obras formalmente hablando muy distintas, la poética que subyace a ambas es la misma: pensar el poema como un campo de tensiones donde sus fuerzas han de permanecer en equilibrio para evitar el colapso; un obligado y riguroso trabajo de selección y lima; o la importancia que doy al 'cómo decir' para una mayor eficacia comunicativa y autenticidad estética, única autenticidad que importa en poesía. 

En el título hay una evocación del mar, ¿en qué medida este elemento se traslada al poemario?

El título de la obra, Rumor de la marea que baja, hace referencia a ese momento de la vida en que, al acercarse uno a cierta edad, escucha sin poder ya ignorarlo cómo se retira la marea del tiempo. Con todo, y a pesar de la presencia de algún elemento simbólico (es prácticamente imposible que tal recurso no aparezca en un momento dado en poesía) no he pretendido escribir un poemario simbolista.

Tras un libro que llamó la atención por el ritmo de sus sonetos blancos, ¿qué va a encontrar el lector en Rumor de la marea que baja?

El ritmo tiene una importancia absoluta en mi poesía. Vuelvo en esta obra al uso del versículo, pero no del versículo que parece el troceado de un texto en prosa tan frecuente en nuestros días, sino de ese otro de escandido puramente poético que siempre he asociado a la música interior. 

La poesía es una forma de mostrar lo más personal del autor, ¿cuánto de Fernando José Carretero se expone en esta obra?

Déjame que lo plantee de otra manera: ¿qué puede importar al lector lo que el poema diga de quien lo ha escrito? Al lector le debería importar lo que el poema le dice de sí mismo (y, sobre todo, dice de sí mismo).

La poesía es un proceso de depuración continua, ¿en qué momento hay que decir que ya está el libro hecho, que ya hay que dar al público esta obra?

Dar por terminada una obra es una de las cosas más difíciles de la creación artística. Valéry afirmaba que un poema no se termina, se abandona. Y Borges dijo que publicar es la única manera de dejar de corregir.

¿Qué le llevó a confiar en Mahalta para editar esta obra?

Levantar una editorial de poesía en estos tiempos es un suceso asombroso. Mahalta es un heroico, quijotesco empeño de Miguel Ángel de la Beldad y Paco Caro. El incuestionable saber hacer de ambos, cada uno en lo suyo, la ha convertido en una editorial de referencia en el mundo de la lírica de Castilla La Mancha. Y le auguro un porvenir muy halagüeño en el panorama nacional. Ha sido una alegría y un honor ser admitido en la familia Mahalta.

¿Qué nuevos proyectos literarios tiene para el futuro?

Tardo mucho en publicar mis cosas y por eso acaban por solaparse varios proyectos. Llevo ya tiempo trabajando en mi siguiente poemario, que se va a titular Diálogos de la luz y el tiempo.