Las temperaturas inusualmente altas que se están registrando y la falta de lluvias en toda la primavera han anticipado el riesgo de que se produzcan incendios forestales y también la puesta en marcha del Plan Infocam, que ya desde marzo se puso en fase de alerta y que viene derivando efectivos desde la prevención hasta la extinción para hacer frente a posibles incendios en el medio rural.

De este modo, si a finales de abril el Infocam tenía activo alrededor del 50% de los efectivos que componen el dispositivo en la provincia, con unas 250 personas, de las cuales 220 son bomberos forestales y el resto técnicos y agentes medioambientales, ya prevé que, si la situación no cambia, como de momento está sucediendo, vaya a activar hasta el 75% del dispositivo a mediados de mayo, lo que supondrá alrededor de 290 bomberos forestales en 'pie de guardia'. Esto sucedería incluso dos semanas antes de la fecha tradicional de arranque de la campaña, que suele ser el 1 de junio.

Se trata de una situación que está siendo «especialmente anómala, ya que en los últimos 10 años no hemos tenido que abordar una situación desde una perspectiva tan problemática», afirmó a este diario el director del Centro Operativo Provincial, Juan Pedro García, quien aseguró que esto supone «la antesala de una campaña que puede ser muy, muy complicada».

En este sentido, destacó que en el caso de Castilla-La Mancha el dispositivo de lucha contra los incendios «no está encorsetado a épocas administrativas», es decir, que no se pone en marcha el personal y los medios a partir de junio, sino que se trabaja durante todo el año y se derivan los medios de la prevención a extinción en la razón del índice de propagación potencial, el IPP, de manera que lo que se tiene en cuenta en realidad es el peligro real que hay en el campo ante posibles incendios.

En esta situación tan excepcional y que podría ser tan adversa, la responsabilidad de los ciudadanos juega un papel fundamental. García dijo «que más del 85 por ciento de las igniciones son causadas por el ser humano», en algunos casos por el uso de espacios y sin intencionalidad de que se produzcan fuegos, de modo que la colaboración se convierte en fundamental ante estas situaciones de posible riesgo.

«Si la gente se conciencia de que estando amarillo (alto); naranja, (muy alto), o rojo (extremo) el IPP, no se puede hacen barbacoas o fuego, estamos evitando que esas igniciones nos den propagaciones peligrosas», es decir, cuando esas llamas escapan al control y derivan en situaciones que obligan a movilizar recursos de emergencia.

En este sentido, recordó que en situaciones de riesgo alto, muy alto o extremo, no se permite la realización de fuegos ni el uso de material pirotécnico en el medio natural ni en áreas de descanso, con la excepción de las fiestas locales o romerías en el caso de que el índice sea alto, dijo instando a consultar el IPP de cada zona y las resoluciones que se han dictaminado a tal efecto, también en cuanto al uso de cosechadoras.