Uno de los cambios más importantes que ha vivido la economía española en el último siglo es la evolución experimentada en el sector primario, que ha pasado de estar entre las actividades de monocultivo más productivas del país, antes de que llegara la industrialización, la modernización del tejido productivo o el boom del turismo, a representar en la actualidad el 2,3% del PIB en un contexto de grandes desafíos.
Se trata de un sector que sigue siendo un referente en la economía nacional y, que pese a la gran despoblación de las zonas rurales, todavía cuenta con 675.300 trabajadores, lo que representa el 3,4% del total de ocupados a tiempo completo, según detalla el profesor de la OBS Business School, Javier San Martín, en su informe El sector primario en España y su evolución.
Ante esta realidad, se da la paradoja de que la producción y las rentas agrarias presentan una tendencia creciente en los últimos 34 años a pesar del descenso del número de explotaciones y profesionales, lo que indica que se ha ganado en productividad y competitividad.
El rendimiento agrícola y ganadera de 2024 anotó un nuevo récord de facturación con 68.430 millones de euros: 38.830 millones (57%) provenientes de la agricultura, sobre todo de hortalizas (19%) y frutas (18%); y 28.077 millones de euros (41%) de la ganadería, principalmente porcino.
San Martín subraya en su análisis que estas cifras consolidan a España como uno de los principales productores europeos agrarios junto a Francia, Alemania e Italia.
En cuanto a la renta del sector, España se sitúa en la primera posición de Europa con el 18% del valor de la UE, que alcanzó los 211.817 millones en 2024. Las Comunidades Autónomas que más contribuyeron a ello fueron Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha. Por su parte, Canarias, la región de Murcia y la Comunidad Valenciana son los territorios que poseen las tierras más productivas.
El informe subraya que en los próximos años, la producción de olivar en seco será clave en Andalucía y Castilla-La Mancha. La apuesta andaluza por cultivos muy rentables como el mango, el aguacate o los arándanos supondrán una evolución muy positiva, y algo similar ocurrirá en la región de Murcia. Mientras, Cataluña y Valencia liderarán el cultivo de frutas y hortalizas, y verán una creciente demanda nacional e internacional.
En este sentido, San Martín sostiene que la diversificación y especialización son cruciales. Galicia, con un fuerte sector pesquero y de acuicultura, mantendrá su liderazgo en productos del mar, siempre con un enfoque en la sostenibilidad. Y lo mismo Extremadura, que tiene un gran potencial en producción del cerdo ibérico y en cultivos como el tomate y el olivar.
En el ámbito de la pesca, el país lidera la capacidad de la flota de la UE con 307.000 toneladas brutas, lo que representa el 24% del total comunitario. A 31 de diciembre de 2024, se contabilizaron 8.432 embarcaciones concentradas principalmente en Galicia. El volumen de capturas es de aproximadamente 807.000 toneladas por año con unos ingresos de 2.100 millones de euros. Por su parte, la producción de acuicultura está en un entorno próximo a las 273.000 toneladas con un valor que se sitúa en los 809 millones de euros.
En cuanto a la superficie forestal, esta ocupa el 55% de la total de España y la producción de madera se mantiene en los 14 millones de metros cúbicos con un valor comercial de 800 millones.
Previsiones
En los seis próximos años, la agricultura se verá impulsada por la modernización tecnológica y la sostenibilidad. Según el profesor de la OBS Business School, se prevé un aumento en la adopción de técnicas de cultivos de precisión, que optimizan el uso del agua y los nutrientes, y plantaciones más resistentes a los cambios del clima.
En la velocidad de este gran dinamismo jugará un papel destacado la formación y asistencia técnica, tanto de las administraciones como de las cooperativas agroalimentarias, que deberían seguir concentrándose y especializándose.
Además, señala que el tamaño medio de las explotaciones continuará creciendo, los profesionales poco a poco irán rejuveneciendo el mundo rural -estarán cada vez mejor preparados- y las nuevas tecnologías permitirán detectar las necesidades del mercado.