Aún estamos en una fase temprana dentro del conocimiento de la evolución humana. Todavía nos queda mucho por descubrir». Ésta es la reflexión que hace el doctor en Biología Ignacio Martínez Mendizábal después de más de tres décadas de trabajos en el yacimiento de Atapuerca junto a su compañero Juan Luis Arsuaga, habiendo recibido ambos el premio Príncipe de Asturias por sus hallazgos sobre la evolución del hombre en esta zona de la provincia de Burgos.
Invitado por Fundación Repsol para impartir una charla dentro del programa de actividades ‘Súmate a la Ciencia’, Martínez Mendizábal supo ganarse rápidamente al público del auditorio municipal Pedro Almodóvar de Puertollano gracias al ‘paseo’ que les hizo desde la distancia por el yacimiento de Atapuerca y muy especialmente por la Sima de los Huesos. Durante su intervención, hizo un repaso por los principales hallazgos de Atapuerca, las circunstancias de los mismos y sobre las principales investigaciones que allí se llevan a cabo.
A pesar de llevar desde 1984 con estos trabajos, el doctor en Biología puso de manifiesto que «aún nos queda mucho por descubrir» y utilizó a Cristóbal Colón como ejemplo: «Colón no sabía que iba a descubrir América y a nosotros nos pasa algo similar. Sabemos ya mucho de los yacimientos, pero seguimos excavando porque hay una cantidad ingente de sedimentos y más yacimientos aparte de los ya excavados» y añadió que «cada hallazgo, siempre es una sorpresa. Nadie se imaginaba que en Atapuerca íbamos a encontrar dos especies humanas desconocidas. Son cosas que uno no se atreve ni a soñarlas».
Con todo ello, Martínez Mendizábal destacó el poder informativo que tienen los huesos, a los cuales se les puede sacar «muchísima información». No en vano, los huesos «nos ayudan a saber cómo era una persona, si era hombre o mujer, niño o adulto, su peso, su inteligencia, si hablaba o no, qué enfermedades tenía y, el colmo de los colmos, ya podemos obtener hasta ADN».
UN HITO EN LA HISTORIA. Autor de numerosos artículos en las más prestigiosas revistas científicas del mundo, como Nature y Science, y de libros de ensayo y divulgación junto a Juan Luis Arsuaga, el doctor Ignacio Martínez de Mendizábal puso de manifiesto la importancia que ha tenido Atapuerca para el devenir de la paleontología, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Para el resto del mundo, el yacimiento burgalés ha aportado «mucha información que se desconocía», puesto que muchas de las investigaciones allí desarrolladas se han aplicado «con mucho éxito» en otros yacimientos de todo el mundo. «Es decir, que generamos ciencia que luego se puede aplicar en otros lugares», según Martínez Mendizábal. Y a nivel estatal, el doctor en Biología destacó que «Atapuerca ha sido una locomotora de vapor que ha ayudado a tirar del resto de vagones y a fomentar muchas vocaciones y a que la sociedad y los políticos vieran que esto es muy importante».
Por último, Martínez Mendizábal se refirió a las polémicas surgidas con respecto al eslabón perdido. A su entender, la evolución es una cadena con muchos eslabones y no sólo hay uno, sino muchos anillos aún por aparecer. «Tenemos muy poca información y cada nuevo hallazgo nos permite cambiar el panorama. Dentro de unos siglos, todo esto volverá a cambiar de nuevo, puesto que aún estamos en un momento muy temprano dentro del conocimiento de la evolución», manifestó.