Almagro saca brillo a una joya renacentista

Antonio Criado / Almagro
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El empresario mexicano Mauricio Fernández Garza culmina con éxito la restauración del Palacio de los Marqueses de Torremejía, un inmueble único del siglo XV que adquirió a principios del año 2019

Almagro saca brillo a una joya renacentista - Foto: Tomás Fernández de Moya

Almagro añade a su potente y amplia oferta turística una nueva joya. El empresario mexicano Mauricio Fernández Garza ha culminado con éxito las obras de rehabilitación del Palacio de los Marqueses de Torremejía, un inmueble renacentista del siglo XV que se ubica en el corazón de la ciudad encajera, una de las puertas de entrada de visitantes a la provincia de Ciudad Real.

El mecenas mexicano, acompañado del equipo multidisciplinar en el que ha participado el arquitecto Federico Pérez Parada y que ha hecho realidad este ambicioso proyecto, expresó su satisfacción por el resultado de los trabajos, iniciados en el año 2019. Cuatro años en los que este inmueble, habitado por última vez por las monjas dominicas de Nuestra Señora del Rosario, ha experimentado un espectacular lavado de cara. «Es un día de fiesta porque hemos logrado recuperar sus suelos, sus columnas y sus murales originales», subrayó Fernández Garza en una rueda de prensa celebrada en las antiguas caballerizas del palacio.

Un acto de inauguración que no quiso perderse el embajador de México en España, Quirono Ordaz, que expresó su «orgullo» por la «magnífica obra» acometida por su compatriota en una de la ciudades turísticas más importantes de España. «Es una prueba más de la hermandad que existe entre México y España, y representa un atractivo enorme para la localidad de Almagro», apostilló. También estuvieron presentes el alcalde almagreño, Daniel Reina, y la vicepresidenta de la Diputación de Ciudad Real María Jesús Villaverde.

Almagro saca brillo a una joya renacentistaAlmagro saca brillo a una joya renacentista - Foto: Tomás Fernández de Moya

El Palacio de los Marqueses de Torremejía es un gran monumento arquitectónico que se encuentra ubicado en pleno casco histórico de Almagro y ocupa toda una manzana, con una extensión de 2.500 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. La fachada principal mira a la plaza de Santo Domingo, anteriormente denominada Pradillo de las Bernardas, mientras que las calles de las Ánimas y de las Nieves y la plazuela de Valdeparaíso limitan los otros tres lados del edificio.

Historia. No se conoce con exactitud quién fue el promotor, constructor y primer propietario del palacio, pero diversas líneas de investigación apuntan a la relación que existe entre los orígenes de este inmueble y la familia Pisa, procedente de tierras gallegas. Esta relación se debe a la presencia de un escudo con la imagen de un águila coronada en el patio principal del palacio (uno de sus tesoros), símbolo de esta familia. Sí se sabe con exactitud que, tras varios cambios en la propiedad, acaba en manos del primer marqués de Torremejía, Gaspar Osorio Mejía y Zúñiga, caballero de la Orden de Santiago.

Hasta el primer tercio del siglo XX, el palacio fue propiedad de los marqueses de Torremejía. En 1936, al morir el último marqués sin descendencia, donó el edificio a la orden de los dominicos, que lo cedió, a su vez, a las monjas del SantísimoSacramento. Fundaron una escuela hogar femenina bajo el nombre de NuestraSeñora del Rosario, cesaron su actividad docente en 2010 y, poco después, fueron trasladadas a otro convento lejos de Almagro.

El restaurado Palacio de los Marqueses de Torremejía, en pleno corazón de Almagro, data del siglo XV.El restaurado Palacio de los Marqueses de Torremejía, en pleno corazón de Almagro, data del siglo XV. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Fue en 2019 cuando Mauricio Fernández Garza adquirió el palacio. Aunque no han trascendido las cifras de la operación, su precio rondaba los 800.000 euros en un portal inmobiliario días antes de su venta. Un coste al que hay que añadir la impagable inversión realizada en las obras de restauración, recuperación y puesta en valor del inmueble. El empresario mexicano aseguró que tenía «una deuda pendiente con Almagro» desde que adquirió en una subasta, en la década de los años 70 del pasado siglo, el artesonado mudéjar de la antigua universidad Nuestra Señora del Rosario que hoy decora el techo de su residencia en México.

En el piso superior del palacio se han restaurado y recuperado una serie de pinturas del siglo XIX que decoran las paredes y parte de los techos de las habitaciones. Son pinturas murales al temple que han sido restauradas bajo la dirección de Ignacio Fernández y la supervisión de la Consejería de Cultura. Las pinturas conforman uno de los grandes tesoros artísticos y representan escenas cotidianas de China, otras costumbristas de campos situados en las inmediaciones de Almagro, motivos clásicos y antiguas embarcaciones portuguesas surcando un ancho río.

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El empresario mexicano Mauricio Fernández Garza posa delante de su gran obra.
El empresario mexicano Mauricio Fernández Garza posa delante de su gran obra. - Foto: Tomás Fernández de Moya
Almagro saca brillo a una joya renacentista
Almagro saca brillo a una joya renacentista - Foto: Tomás Fernández de Moya
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Almagro saca brillo a una joya renacentista - Foto: Tomás Fernández de Moya
Almagro saca brillo a una joya renacentista
Almagro saca brillo a una joya renacentista - Foto: Tomás Fernández de Moya
Almagro saca brillo a una joya renacentista
Almagro saca brillo a una joya renacentista - Foto: Tomás Fernández de Moya

De todo ello podrán disfrutar en breve los vecinos y visitantes, ya que el palacio será un recurs0o más de la rica oferta turística almagreña. El empresario mexicano cuenta también con una zona privada en el inmueble y se estudia la posibilidad de completar el proyecto con la apertura de un negocio hostelero.