«No puedo separar el teatro o el cine de la investigación»

D. A. F.
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Vive en Ciudad Real como estudiante de la UCLM, pero en el mundo del cine es la actriz de 'Omar la Fraise' que en mayo paseó por Cannes

«No puedo separar el teatro o el cine de la investigación» - Foto: Rueda Villaverde

Meriem Amiar es una estudiante predoctoral de la UCLM en el campo de la Biología que lleva ya un año en Ciudad Real. A La Mancha le une la admiración por la figura de Miguel de Cervantes, que vivió por un tiempo en su ciudad natal, Orán (Argelia). La pasada primavera fue una de las artistas llamadas a recorrer la gran alfombra roja tendida sobre la escalera que salva la distancia entre el boulevard de la Croisette y el palacio de congresos sede del Festival de Cine de Cannes, al que acudió como actriz principal de la película franco-argelina Omar la Fraise.

Usted tiene una trayectoria de actriz que compatibiliza con sus estudios. ¿Cómo encaja esos mundos?

Desde los ocho años tengo que combinar entre los dos, porque empecé en el teatro muy joven. Yo me libero con el teatro, con el cine, pero tampoco puedo dejar mi investigación, mis estudios. En Argelia estudié biología marina. Y quería hacer otra investigación sobre especies terrestres, que es por lo que estoy aquí. Más adelante quiero hacer un proyecto en Orán, en mi ciudad, de acuicultura, porque esa es mi especialidad.

«No puedo separar el teatro o el cine de la investigación»«No puedo separar el teatro o el cine de la investigación» - Foto: Rueda VillaverdeCuando le llega el proyecto de una película, ¿cómo lo hace compatible con sus estudios? ¿Los suspende? 

No interrumpo nada. La película la preparamos en 2022, entre Argelia y Francia. Y cuando terminé el rodaje, empecé a estudiar aquí, en Ciudad Real. En mayo me llamaron para el Festival de Cannes, en el que estuve dos semanas, no fue un problema. Pero desde 2019 hasta 2022 no estudié, pero no podía dejarlo para siempre, el estudio me libera, lo necesito para el teatro, para mi personaje. Es como cuando era niña, la gente me preguntaba: «¿A quién quieres más, a tu papá o a tu mamá?». Son dos mundos que no puedo separar, nunca. 

¿Cómo fue su experiencia en el Festival de Cannes?

Fue una experiencia fenomenal, excepcional. Mi primer día en el festival fue ver la proyección de la película, porque no la había visto antes. Al acabar el rodaje dejé todo y me vine para mi investigación en Ciudad Real. La descubrí con el público, el día de la proyección, rodeada de estrellas de Estados Unidos y tuvimos una ovación de 10 minutos. Hicimos todo el paso por la escalera; el photocall. Fue excepcional. Vi a Natalie Portman, a Di Caprio, a Penélope Cruz. Vi muchas películas de todo el mundo, de Brasil, de España, de un nivel muy alto.

Una de las cosas que se cuentan de su película, al margen de que es una trama muy original, es que también es una forma de mostrar la ciudad de Argel. ¿Qué le gustaría dar a conocer de su capital? 

Todas las ciudades de Argelia tienen su historia, sus tradiciones, cambia el acento, aunque el idioma es el mismo, el árabe. Pero Argel, como es la capital, tiene un poquito de todas las ciudades del país, con todas las tradiciones, las costumbres. Y Argelia tiene un poquito de Egipto, un poquito de Marruecos, un poquito de Túnez, de Francia, de España. Orán es un vínculo entre Argelia y Castilla-La Mancha, porque Miguel de Cervantes fue allí. Argelia tiene una gran historia y un poquito de toda esa cultura y tradiciones.

¿Cómo fue su incorporación al proyecto de Omar la Fraise

El director, Elias Belkkedar, hizo su primer largometraje, pero antes tenía muchos cortometrajes. La productora, Iconoclast Film, es muy grande en Francia. En Argelia tenemos un Instituto de Cine donde están todos los actores del país, vivan en Argelia o fuera. La productora quería rodar en Argel y quería una actriz nativa. Estábamos 40 actrices en el casting. El director me eligió para la lectura y le gustó. Es una historia de verdad, que habla de un gángster argelino que se va a vivir en Francia 30 o 40 años. Allí tiene un amigo, un gángster también. Mucho después vuelve para hacer un proyecto en Argelia y conoce a la protagonista, que soy yo.  Es una buena historia. La gente llama a Elias Belkkedar el Tarantino argelino.

¿Cómo fue la convivencia o la integración entre ese equipo francés y el equipo argelino? 

La gente del equipo francés nunca había visitado Argelia y se fue muy feliz. Uno de los protagonistas Benoit Magimel, al que le gustó mucho la vida allí, la tradición y todo esto; siempre me preguntaba: «¿Dónde están las personas mayores?». Porque en mi país las personas mayores no salen mucho, como aquí en Europa o en América. Si vas a visitar Argelia, vas a ver solo a los jóvenes. Porque en mi país, cuando una persona es mayor, no tiene que hacer nada, los jóvenes trabajamos para ellos. Respetamos mucho a los mayores.

¿Se plantea hacer teatro o cine, colaborar en algún proyecto de ese tipo en Ciudad Real o en España? 

Es que quiero hacerlo con muchas ganas. Tengo que combinarlo con mi investigación y con mi curso de español. Cuando vine aquí la primera vez solo sabía decir hola. Ahora estoy mejor y pienso que puedo hacer teatro, porque una obra, un monólogo en una obra, es muy fácil. Porque si tengo el texto, tengo el escenario, puedo aprenderlo, puedo hacer repeticiones. Es muy fácil para mí. Sé lo que puedo hacer en escena.