«Es muy difícil ver cómo una persona se muere y no hacer nada»

Hilario L. Muñoz
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Un inspector de la Policía Nacional de Puertollano y ex integrante de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad condujo un vehículo para tratar de sacar de la zona al agricultor cuando aún estaba herido

«Es muy difícil ver cómo una persona se muere y no hacer nada»

Un sabor «agridulce» es el que tiene el inspector y jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional de Puertollano, José Antonio Moreno. Ayer fue uno de los agentes que actuó en el tiroteo ocurrido en Argamasilla de Calatrava con una de las acciones heroicas que evitó una tragedia mayor. Pese al riesgo que tomó para salvar la vida al agricultor, la primera persona a la que dispararon y que estaba herido cuando llegaron los agentes, no pudieron salvarle la vida en un incidente que acabó con tres fallecidos y tres heridos. 

El inspector narra en conversación con La Tribuna cómo recibieron en Puertollano una llamada de los propios policías locales que estaban interviniendo en ese momento. «Nos llamaban pidiendo auxilio urgente porque les estaban tiroteando». Desde Puertollano acudieron cuatro policías nacionales en un vehículo y se encontraron que había allí dos vehículos y agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local. Vio además que había una persona que estaba «haciendo ademanes con la mano, pidiendo ayuda», mostrando que estaba herido de gravedad. Los agentes estaban intentando aproximarse al herido, en el suelo, tratando de cubrirse de los disparos que les «pasaban cerca». 

El inspector solicitó en ese momento que llegara otro vehículo de la Policía Nacional, un todoterreno, «porque la única forma de acceder a ellos era por el campo y un vehículo normal se hubiera quedado atrancado». Casi una década de experiencia en los Grupos Operativos Especiales de Seguridad de la Policía Nacional, le hicieron comprender el modo de acercarse. Aunque sus compañeros le pidieron acompañarle, el inspector explicó que por cuestiones de operatividad era imposible y aparte era innecesario que corriese riesgo más gente de la necesaria. Fue él solo, «tumbado en los asientos delanteros, conduciendo de frente al lugar de los disparos y protegido con el bloque motor». Se fue orientando hasta llegar a la zona, orientándolo para que el vehículo se quedara atravesado entre el tirador, el herido y los policías. El objetivo era usarlo de parapeto. 

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Ahí empezó a recibir disparos en el vehículo, dos llegaron a impactar en el asiento, mientras él hizo fuego de cobertura para que se acercaran reptando los policías locales. Él y los policías trataron de atender al herido que estaba muy grave. «Sabíamos que era cuestión de minutos, o lo sacábamos o lo perdíamos» y vieron que había dos opciones quedarse esperando a que los sacaran o correr el riesgo e intentar ayudar al agricultor, José Luis. «Es muy difícil, casi incompatible, ser policía y ver como una persona se muere y no hacer nada». En la maniobra corrieron riesgo para evacuar y fue cuando se produjeron los disparos, que alcanzaron a los policías locales, a Alejandro, que falleció finalmente, y a Javier, el policía herido. 

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«Pedimos a la mayor urgencia que nos sacaran de allí» y con el furgón blindado y la Guardia Civil lograron sacar a los heridos, mientras los disparos se sucedían contra el vehículo de la empresa Loomis. El tirador optó por disparar al suelo cuando estaban subiendo a los heridos y alcanzó al Guardia Civil que estaba al lado del inspector. 
«Decidimos asumir un riesgo extraordinario para intentar salvar a la persona que estaba allí», resumió el inspector, uno de los héroes que se jugó la vida por intentar detener al francotirador de Argamasilla de Calatrava.