Rafael Torres Ugena recibe a La Tribuna en su despacho de presidencia de la cooperativa Virgen de las Viñas una tarde de febrero con cierto relente. Torres viste traje gris clásico, exquisitas maneras y tiene un escritorio con muchos papeles que indica que ahí se trabaja mucho. Este licenciado en Medicina y Cirugía, ya jubilado de su profesión, afronta su octavo mandato al frente de la cooperativa de vino más grande del mundo: Virgen de las Viñas en Tomelloso. En 2025 hará 24 años al frente de lo que él ya considera, «a todos los efectos», una empresa.
Séptima reelección y por unanimidad. ¿Qué supone para usted?
Una tremenda satisfacción. Eso significa que los socios confían en mí, porque esta cooperativa se basa en eso: el socio manda. Todas las reelecciones han sido por unanimidad, y me han aprobado todos los proyectos que he presentado, lo que hace que todos vayamos en el mismo rumbo y busquemos hacer crecer a Virgen de las Viñas.
En 2025 hará 24 años ya al frente de la cooperativa. ¿Tiene energía para seguir adelante?
Totalmente. Si me viese que no estoy bien, me retiraría. Pero hasta la fecha... Siempre me ha gustado trabajar y para mí este trabajo, en concreto, es un disfrute. Trabajo con mucha ilusión, veo que los proyectos salen para adelante, tanto aquí como en otras empresas particulares que tengo, y me motiva ver que todo se va cumpliendo. Me da ánimo y me da impulso para seguir trabajando. Además, soy consciente de las muchas personas que tanto directa o indirectamente están comiendo de esta cooperativa y esto me obliga a prestarle toda la atención. Es una responsabilidad tremenda. De Virgen de las Viñas viven unas 4.000 personas de una manera u otra.
¿Se presentó a la reelección por decisión propia o por petición de los socios?
Rafael Torres atiende a La Tribuna en la sede de la cooperativa - Foto: Rueda VillaverdeEntiendo que los socios confían en mí porque me han dado su apoyo unánime en los proyectos que he presentado. Suelo decir que el mayor activo de esta cooperativa son sus socios, y a sus socios hay que respetarlos mucho y hay que trabajar con ellos. Siempre se lo digo al consejo rector cuando he tenido que renovarlo: aquí venimos a servir a, no a servirnos de.
En estos 24 años al frente de la cooperativa, ¿qué se ha quedado pendiente?
Cuando llegué de presidente, la cooperativa tenía 20 empleados fijos. Ahora tiene más de 100 con épocas donde trabajan más de 200. Siempre queremos crecer, por eso tenemos los planes de inversión, abordaremos la ampliación y otros tantos proyectos. Por tanto, siempre hay cosas pendientes. Quizás la más importante ahora es aumentar la venta de vino embotellado. Ahora mismo supone el 25% y queremos que sea más, mucho más, porque es lo que deja más margen de beneficio.
Hablando de beneficios. ¿Esta cooperativa ya es una empresa al cien por cien? ¿Los socios tienen ya esa mentalidad?
Hay que dejar claro que somos una cooperativa, y hay que tener en cuenta que las cooperativas no tienen dinero. Los socios son los dueños de la cooperativa y con ellos hay que contar para hacer cualquier inversión que sea importante. Pero sí es cierto que hemos conseguido que el funcionamiento sea como el de una gran empresa: en sus proyectos, en sus inversiones y en la forma de ver y analizar el mercado y sus tendencias. Tenemos muy en cuenta lo que quieren el cliente y el consumidor. Además, cuidamos mucho el producto final.
El sector vitivinícola está viviendo unos años convulsos con muchos cambios en todos los ámbitos. ¿Qué desafíos vienen para los próximos años?
Torres: «Creo en las fusiones; cuanto más grandes, mejor» - Foto: Rueda VillaverdeCierto es que está sufriendo una tremenda transformación y todo esto dimana de los cambios de gusto del consumidor. Hemos pasado de que antes el vino tinto era lo que más se bebía y ahora se está equilibrando con el vino blanco. Los consumidores también están solicitando que los vinos sean más dulces, que tenga menos grado. Pues debemos adaptarnos y tenemos que ir sacando estos productos y adaptándolos siempre a su gusto. Porque aquí, el que manda en esta cooperativa y en cualquier otra, en cualquier empresa, es el cliente. Y por ello somos los que tenemos que trabajar y complacerlos con los productos y con la calidad.
¿Cómo analiza la cooperativa ese mercado?
Tenemos en el laboratorio 11 personas en estos momentos, entre enólogos y técnicos, que están investigando constantemente con los productos que más se están demandando en el mercado. Y otros que nos demandan, que no están, que tratamos de conseguirlos porque nos han hecho alguna solicitud o porque pensamos que pueden caer bien dentro del mercado. Es decir, que también nos gusta adelantarnos al producto, a los gustos y a las tendencias.
Dieron el salto al aceite. ¿Cómo se encuentra ese segmento de la cooperativa?
Torres: «Creo en las fusiones; cuanto más grandes, mejor» - Foto: Rueda VillaverdeHicimos una fusión con la cooperativa Oleícola que había en Tomelloso, que es Oración del Huerto, a petición de muchos socios de ella, que también eran socios de esta cooperativa porque traían aquí uvas. Hemos conseguido establecer una almazara totalmente nueva en todos los ámbitos. Estamos muy contentos, porque este año tenemos que ampliarla. Hemos trabajado este año con 4.600.000 kilos de aceituna. Necesitamos una maquinaria moderna y competitiva para lograr buenos aceites que compitan en calidad y precio.
¿En qué fase está el proyecto de seguir creciendo en el Polígono 30 de Tomelloso? ¿Qué va a hacer allí la cooperativa?
La situación está en vías de solución gracias a la gestión del alcalde, Javier Navarro, con el apoyo incondicional del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, lo que ha permitido desbloquear un proyecto paralizado. Esto posibilitará la edificación en un solar donde antes no era viable, representando un gran avance para la ampliación de la cooperativa, ya que el espacio disponible se queda pequeño. Se han adquirido recientemente 1.500 metros más de terreno para seguir creciendo y afrontar las obras necesarias. Además, se construirá un almacén inteligente y se apostará por la sostenibilidad con más placas solares, un concentrador y rectificador de mostos. En cuanto a maquinaria, se incorporará tecnología de última generación, incluyendo prensas neumáticas que permiten obtener un vino de mayor calidad, aunque el mayor rendimiento lo ofrezca la prensa continua. La prioridad es lograr la mejor calidad para vender los productos a un mejor precio.
Virgen de las Viñas es una cooperativa muy cercana a la realidad social de la tierra, con su certamen cultural con 150.000 euros en premios, es un destino enoturístico... ¿Son líneas que se van a mantener?
El socio de esta cooperativa es muy solidario. Siempre he dicho que las empresas deben su existencia a los consumidores, ya que son ellos quienes las sostienen y determinan su éxito o fracaso. En agradecimiento, parte de los beneficios deben revertirse a la sociedad en forma de obra social, como hemos hecho con el Museo de Arte Contemporáneo. Hemos creado un certamen de pintura, uno de los más importantes de España, con numerosos patrocinadores y artistas, lo que ha permitido enriquecer la pinacoteca del museo, que cada vez recibe más visitas. Además, estamos adecuando nuestras cuevas para el turismo y planeamos ampliarlas, rindiendo homenaje a nuestros antepasados, quienes las construyeron con esfuerzo y sin maquinaria, sólo con su trabajo y corazón. Esto también permite mostrar la historia de Tomelloso, combinando modernidad y tradición, desde sus viñas y cuevas hasta su presente. Seguiremos ampliando y promoviendo este legado, ya que el turismo es una fuente de ingresos muy valiosa. Y el enoturismo es una línea importante: hay que contar la historia y la cultura que rodea al vino.
¿En qué consiste el plan de inversiones de 33,5 millones? ¿Cuándo va a arrancar?
Rafael Torres atiende a La Tribuna en la sede de la cooperativa - Foto: Rueda VillaverdeEl pasado jueves salieron las bases del proyecto y ya lo hemos presentado. A lo largo del próximo año debemos gestionar hasta 15 millones de euros, aunque solicitaremos algo más debido a la diversidad de nuestras bodegas, cada una con necesidades específicas, para seguir mejorando y optimizando nuestras instalaciones. El primer proyecto, que comienza en 2025, debe finalizar en 2027 con los 33,5 millones de euros, y en 2026 iniciaremos el siguiente, con plazo hasta 2028. En cuatro o cinco años, la cooperativa estará en condiciones tecnológicas avanzadas, convirtiéndose en un referente no solo en Castilla-La Mancha, sino en toda España.
¿Cómo quedó aquello de las fusiones de las grandes cooperativas de la provincia? ¿Es posible que Virgen de las Viñas en un futuro adquiera más volumen o absorba otra cooperativa?
Siempre he mantenido conversaciones con otras cooperativas porque creo en las fusiones. Cuanto más grandes seamos, mejor, ya que es preferible tener aliados que competidores. En Castilla-La Mancha estamos elaborando muy buenos vinos, pero nos hacemos competencia entre nosotros, especialmente en precio, lo que nos lleva a bajarlos para captar clientes. Con fusiones, esto no ocurriría, pues actuaríamos como una unidad. Aquí ya realizamos dos fusiones y, aunque otras conversaciones no prosperaron, sigo convencido de que es lo mejor para el sector vitivinícola. Siempre hemos estado abiertos a nuevas fusiones, ya que benefician tanto a quienes se integran como a quienes las promueven.
Comentaba usted que en una cooperativa así los días no paran. ¿Cómo es un día normal?
Ya ve usted cómo tengo la mesa. Suele estar llena de documentos, estudios y proyectos. Recibo a muchas personas, viajo con frecuencia y mantengo relaciones institucionales, lo cual requiere mucho tiempo, pero lo hago con gusto porque todos se portan muy bien con la cooperativa.
Rafael Torres atiende a La Tribuna en la sede de la cooperativa - Foto: Rueda Villaverde