El nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Ciudad Real tiene un plan trazado para implantar la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE), que quedó paralizada por el anterior equipo de Gobierno y que está en un impasse hasta que se retome. Dentro de las acciones que se promoverán de cara a esa implantación estará la instalación de cargadores públicos de vehículos eléctricos en el centro de la ciudad. «¿Cómo vas a poner una Zona de Bajas Emisiones, si no tienes ni un solo cargador público en Ciudad Real?», se preguntó el alcalde, Francisco Cañizares, en una reciente conversación con La Tribuna en la que criticó el modelo de implantación que comenzó a desarrollar el anterior equipo de Gobierno de PSOE y Cs.
Para Cañizares, la cuestión fundamental de esta zona es la relativa a las mediciones de la contaminación, por lo que se refirió a la adjudicación del sistema de monitorización de las emisiones, para posteriormente, «diseñar cuáles son las mejores soluciones para Ciudad Real». Y, en este sentido, comentó que la visión general, incluso la de servicios municipales como el de Movilidad, es que «Ciudad Real no tiene un problema de calidad del aire», por lo que «nuestras medidas no pueden ser las mismas que en ciudades que sí tienen problemas con la calidad del aire».
En concreto, la adjudicación de la red de monitorización de la calidad del aire y del ruido se aprobó ayer en la Junta de Gobierno Local. Se encargará de ella la empresa Kunak Technologies S. L. por 45.077 euros más IVA y se trata de «un paso previo importantísimo» para la futura puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones, dijo la viceportavoz, Aurora Galisteo, en el mismo sentido que el alcalde.
De hecho, Galisteo indicó que esta adjudicación llevaba pendiente desde el pasado el 3 de abril y «ha tenido que ser un gobierno de PP y Vox» el que la ha hecho efectiva, por lo que lamentó que se «ha perdido un tiempo precioso» por parte del anterior equipo de Gobierno de PSOE y Cs, que definió la zona afectada antes de realizar las emisiones. «No se puede empezar la casa por el tejado», agregó.
aparcamiento. Además de la implantación de puntos de recarga, el Ayuntamiento tiene claro que «tenemos que hacer aparcamientos y mejorar los que tenemos, evidentemente, con carácter previo a tomar decisiones», aseguró Cañizares. Es un aspecto importante, dado que la construcción de estacionamientos disuasorios es otra de las líneas fundamentales para permitir que los conductores aparquen fuera del centro y puedan desplazarse después andando o en autobús.
De hecho, Cañizares comentó a este diario que también desean «mejorar el transporte público en Ciudad Real y ya hemos entablado conversaciones con la empresa que presta el servicio para mejorarlo». Actualmente, está pendiente de salir a licitación en pliego de renovación y adjudicación de este servicio municipal.
Se trata de medidas con las que se retomará la futura Zona de Bajas Emisiones, a la que obliga la Ley de Cambio Climático para las ciudades de más de 50.000 habitantes y para la que, de momento, se trabaja sin fecha después de que el Gobierno anulase la del 1 de enero de 2023.
«Vamos a hacer las cosas bien. Vamos a ver lo que arrojan los medidores, ver los puntos críticos de contaminación o de poca calidad y, con los datos, tomar las medidas correctoras», dijo Galisteo por su parte.
La participación.
Cañizares aseguró que toda esta revisión de la Zona de Bajas Emisiones se hará «con muchísima participación» y «con una idea clara: esto no puede ir en contra de los ciudadanos y sobre todo de aquellos que menos posibilidades tienen de comprarse un coche nuevo».
En este sentido, comentó que la edad media de los vecinos del centro es elevada y que el Ayuntamiento no puede plantearle a una persona de 65 años, «que ha terminado su vida laboral, que se compre un coche eléctrico, porque no puede ser, es imposible». «Hay que tomar medidas diferentes y con muchos aspectos a matizar», agregó el regidor municipal, quien indicó que se trata de cuestiones que «iremos viendo, pero con ideas que tenemos claras».
Además, avanzó que el equipo de Gobierno hablará también con los comerciantes para abordar cómo articular estos cambios. «Los pasos que se tenían que haber seguido hace dos años son: primero medir y luego pensar con esas mediciones dónde tiene que estar la Zona de Bajas Emisiones», reiteró en lo que ha venido siendo su argumento durante toda la campaña electoral y que mantiene ahora tras su primeros cien días al frente del Ayuntamiento de Ciudad Real.
Cañizares no ve en riesgo las ayudas para peatonalizar y reducir la contaminación
El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha enviado una carta a unos 200 ayuntamientos, tal y como informó el pasado día 20 El País, en la que les informaba que les retirarán los fondos asignados si frenan la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones. A este respecto, Cañizares indicó que la notificación, que también ha llegado al Consistorio de Ciudad Real, viene a señalar que los fondos deben destinarse a la finalidad que fueron asignados, en este caso 2,2 millones de euros para desarrollar aspectos relacionados con esa zona de limitación de la contaminación.
De hecho, el mandatario municipal considera que esta ayuda no está en riesgo de perderse, dado que además el nuevo equipo de Gobierno de PP y Vox también apuesta por la peatonalización que se proyectó en la anterior etapa y para la que también se prevén partidas europeas. Se trata de un primer proyecto que aglutina las calles Ciruela, desde el Quijano al centro; la plaza del Pilar, la avenida de Rey Santo y el pasaje de la Pandorga, y de otro segundo que engloba las calles Juan II, un tramo de la calle Postas, Alfonso X y Reyes, Prado y Caballeros. Todos están aún pedientes.