El Jaén Paraíso Interior hizo historia ayer en el Quijote Arena al convertirse en el primer debutante que alcanza la final en la historia de esta Copa de España. Además, el conjunto andaluz lo hizo a la heroica y aliado con no poca dosis de fortuna, empatando a 8 segundos del final un encuentro en el que se vio 0-2 abajo en el marcador, hundiendo en la más profunda desesperación al Burela, al que le ponía una cruel puntilla en la muerte súbita de la tanda de penaltis.
Aunque no hubo goles, la primera mitad no decepcionó a los casi 5.000 aficionados que llenaron el pabellón, que disfrutaron de un bonito pulso entre las dos grandes revelaciones del torneo. Jaén y Burela ‘jugaron’ a ser grandes soñando con su clasificación para la gran final copera. Dos modestos con ambición de gigante, que lo dejaron todo sobre el parqué en una ocasión única para ellos de seguir haciendo historia en el futsal español.
Andaluces y gallegos firmaron unos primeros veinte minutos de entrega física y de solidez táctica, con un atractivo toma y daca. Eso sí, las mejores opciones fueron amarillas, en las zapatillas de Eloy o Chino, que se encontraron con la respuesta del meta Álex González, el héroe de la machada del equipo lucense ante el Inter Movistar. Pero en la recta final de este primer periodo Miguel e Iago Míguez trasladaron el peligro al área jienense, donde el barbudo Prieto también se mostró seguro. En resumen, empate justo en un buen primer acto para abrir boca en esta interesante jornada de semifinales copera.
Y como era de esperar, los goles llegaron tras el descanso. Iago Míguez, el mejor de los gallegos, adelantaba al Burela a los cuatro minutos de la reanudación, y ya superado el ecuador el ex del Puertollano Chano hacía el 0-2 en una contra. Parecía que el Jaén estaba herido de muerte y que iban a ser los de Lugo, dueños de la situación, los que se iban a meter en la final.
Pero en el fútbol sala no hay nada seguro hasta que no expira el último segundo, y ayer quedó patente otra vez. Arriesgando con portero-jugador, Cuco, otro exindustrial, acortaba distancias, y a ocho segundos Dani Martín provocaba la primera tanda de penaltis de la Copa. Yaquí, la suerte manchega le guiñaba el ojo a sus vecinos de Jaén, invitándoles a ‘su’ final.