Pablo López encandiló desde un minuto antes de la hora prevista del concierto a un recinto ferial lleno hasta rebosar. Salió al escenario cuando la lluvia parecía presagiar una velada pasada por agua y que a sus fans no les importaba. Con chubasquero en mano y con las miradas de los miles de personas puestas en una puesta escena sencilla y compleja de andamiajes pero centrada en un piano al que se agarró Pablo López durante casi dos horas para repasar la mayoría de sus hits. Pablo López no engaña. Quien fuera a presenciar un espectáculo de luces, sonido o un show de bailarines es que no conoce al malagueño. Simplemente fue un recital de música, pero sobre todo de voz y virtuosismo en directo. Y con solo eso basta pagar una entrada. Más allá de cuánto haya costado a las arcas municipales o si no existen infraestructuras adecuadas para que un productor se tire a la piscina con grandes referentes musicales en la capital, ayer quedó despejada cualquier duda. Ciudad Real merece o merecía darse un gustazo con espectáculos musicales como el de ayer en el que un artista de su talla hace parada en su gran gira.

Aunque en la previa se aireó que López era la primera vez que pisaba Ciudad Real, el vocalista y pianista se encargó de recordar que hace siete años ya dejó su huella por un módico precio en el Teatro Quijano y solo para unos cuantos incondicionales. Entre esos dos momentos, el de su encuentro íntimo en Ciudad Real y su catapulta a través de los talent show musical, el resultado es una legión de fans incondicionales que no pararon de hacer los coros en cada una de sus canciones. La lluvia enfrió los ánimos iniciales del público con las primeras canciones: 'El abrazo más grande de todos los tiempos', 'La niña de la linterna' o 'El patio' para después conectar con más ritmo con 'Mama no', 'Quasi' donde la gente se enchufó a la conexión que proponía López para no dejarlo hasta el final.

López, además de abrazarse a su piano para encandilar durante casi dos horas a su gente, sabe ganársela con su espontaneidad y normalidad. Son de esos artistas que tanto arriba como fuera del escenario son una misma persona. No paró de recibir los piropos y contestarles con naturalidad, incluso se encandiló con una niña de poco más de tres años, Alicia, que protagonizó con su carta uno de los momentos más entrañables de la noche con el tema 'Tu enemigo'.

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Cuando ya la cita tocaba a su fin, se desprendió del piano para montarse en la guitarra acústica para despedirse entras otras canciones con 'Colapso', en la que demostró que da igual el instrumento, el tiempo que haya pasado o el escenario, con lluvia o sin ella, que cuando la pasión y la profesionalidad se aúnan son capaces de embriagar a una capital sedienta de momentos como los de ayer.