Sheila García (10-9-1996. Puertollano) está intentando forjarse una carrera profesional en el mundo del boxeo y del kick boxing. A pesar de su tremenda juventud, cuenta ya con una dilatada trayectoria que le ha permitido participar en veladas en China, Alemania, Francia, Portugal o Marruecos, llegando incluso a competir por títulos europeos.
Desde hace cinco años comenzó también a practicar boxeo y, de hecho, se está convirtiendo en una figura indispensable de muchas veladas. Su apodo es ‘La Mexicana’ y viene derivado de su estilo de pelear, tremendamente ofensivo y buscando siempre golpear a la corta. «Me gusta ir a la guerra, me da igual que me entren manos, yo voy siempre hacia delante», explica.
Su inicio en el deporte de contacto tiene raíces familiares, pues su padre es entrenador y a los ocho años ella ya empezó con full contact, para después seguir con kick boxing, K-1, incluso muay thai, y en los últimos tiempos el boxeo. «Llegué un día del colegio y le dije a mi padre que me quería ir a entrenar con él. Y aquí seguimos», recuerda.
Su carrera profesional hasta el momento ha estado más enfocada hacia el K-1, pero poco a poco el boxeo fue despertando su interés. A primeros de octubre debutó ya como boxeadora profesional en Barcelona, y a pesar de perder por una más que discutida decisión de los jueces, su balance es tremendamente positivo: «Me sentí súper bien. Fue una experiencia increíble que quiero repetir mil veces para llegar a lo más alto del mundo del boxeo», explica con una seguridad que casi asusta.
Para una mujer, practicar boxeo o deportes de contacto supone acabar con muchos tabús, aunque ‘La Mexicana’ advierte que se están rompiendo muchas barreras y que figuras como Joana Pastrana o Eva Naranjo han derribado ya muchos muros. «Ellas son nuestras referentes y espero que en unos años seamos las más jóvenes las que asumamos ese papel. Cada vez hay más chicas que practican boxeo, en mis inicios éramos muchas menos. Todo se está normalizando. Cualquier chica puede hacer guantes con un hombre, no pasa nada», relata.
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