"Estoy convencido de que esa noche no maté a nadie"

R.Ch.
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Los 11 miembros del jurado popular, ocho mujeres y tres hombres, empezará a deliberar esta tarde sobre la responsabilidad de Pepe Lomas en la muerte de Nelson David Ramírez cuyo juicio concluye este jueves, tras cinco días, en la Audiencia Provincial

"Estoy convencido de que esa noche no maté a nadie" - Foto: Rueda Villaverde

Los 11 miembros del jurado popular, ocho mujeres y tres hombres, empezarán a deliberar mañana sobre la responsabilidad de Pepe Lomas en la muerte de Nelson David Ramírez, cuyo juicio acaba este viernes en la Audiencia Provincial. Hoy, el propio Lomas, en su turno de última palabra, se mostró "convencido" de que él mató a nadie esa noche del 31 de julio.

No tiré a matar. tiré a avisar" repitió Lomas en su intervención final ante el jurado popular, alegando que su intención fue "que ese bulto, si es que tenía dentro una persona, escapase por las portadas que estaban abiertas" tras apuntar que en el año 2000 decidió tapiar las puertas y ventanas de su vivienda en La Atalaya tras años "soportando la constancia de la maldad, años viendo que están deseando que tires la toalla y apoderarse de lo que es tuyo y años que destruyen a cualquiera. Creo que no sé cómo he llegado en estas condiciones hasta ahora. Lo suyo hubiese sido cualquier cosa peor", finalizó Lomas en su turno final de palabra tras una sesión matinal de un juicio en el que  las partes, la Fiscalía, la acusación particular y la defensa de Lomas presentaron sus conclusiones, manteniendo la petición que llevaban el viernes pasado: 12 años y medio de cárcel para el librero por parte de la Fiscalía por un homicidio; 25 para la acusación particular, que ejerce la familia de la víctima, por un asesinato; y la libre absolución que pide la defensa del librero ya octogenario. 

"Estoy convencido de que esa noche no maté a nadie" - Foto: Rueda Villaverde

La Fiscalía insistió en lo dicho durante todas las jornadas de juicio. No hay eximentes, ni Lomas sufría una enfermedad mental ni Nelson David quería matar a José Lomas, ni nada justificaba que la víctima recibiera dos disparos que acabaron con su vida. 

Jesús Gil ahondó en que Lomas no sufre delirios, que al salir de prisión ha seguido viviendo en su finca sin estar recibiendo tratamiento psicológico y que es, a todos los efectos, imputable porque era consciente de todo lo que pasó esa noche de la Pandorga de 2021, en la que el acusado, según el fiscal, tuvo más opciones "antes de tomarse la justicia por su mano" y matar a Nelson David, que estaba agachado o agazapado al recibir los disparos que le mataron, como atrincherarse en su finca esperando la llegada de la Policía. También insistió Gil en que la víctima no pudo defenderse porque la motosierra que se encontró junto a su cadáver tenía la funda puesta y no estaba encendida. De hecho, ni la propia Policía la incluyó como prueba pericial, apuntó. "La quería robar", no usarla como arma. Además, afirmó que Lomas mintió ante el jurado porque sabía que había disparado a una persona y no a una forma cónica:  "En la llamada lo dijo", y en la que según el Ministerio Fiscal también quedó demostrado que no estaba bajo un miedo insuperable tras matar a una persona, mostrándose "respetuoso, colaborador, pacífico y no violento" con los agentes que acudieron a su finca. "Eso no es acorde con lo que acababa de suceder".

La acusación particular volvió a reclamar una pena de 25 años de cárcel para Lomas por una asesinato que, aseguran, ejecutó con alevosía y cargado de "ira y venganza que siguen hasta hoy, porque no ha pedido perdón a la familia ni ha dado el pésame". 

"Estoy convencido de que esa noche no maté a nadie" - Foto: Rueda Villaverde

Según la acusación, durante el juicio ha quedado claro que Lomas mató "con sed de venganza", que escogió el arma "con la que es imposible fallar" y sabía "que iba a matar a un posible intruso". Insistió en que Nelson David se encontraba en posición de inferioridad, estaba agazapado o de rodillas, y que en ese momento no portaba siquiera la motosierra. "No hubo amenazas, disparó primero al pecho y luego a la espalda de una persona desarmada". 

Y ahí es donde surgen una de las principales diferencias a la hora de interpretar los hechos ocurridos esa noche entre las acusaciones y la defensa de Lomas. Su abogado, Juan Manuel Lumbreras, sí ve en la presencia de la motosierra un elemento clave para hablar de una "amenaza real" a la que hizo frente Lomas: "No es es un asesino, no es un homicida, es un ingeniero de caminos que estando durmiendo en su casa, sufre una agresión ilegítima, ve signos de violencia por toda la casa y se encuentra con una persona que tiene antecedentes y que ve cómo su peor pesadilla ha llegado ese día".

Según Lumbreras, Lomas obró "con un instinto de supervivencia, por miedo, no quería matar, quería sobrevivir" y añadió que esa noche, si no llega a actuar así, hubiera muerto. "Obró en legítima defensa, con un miedo insuperable, y tiene un trastorno mental que le hace padecer delirios que pueden ser ciertos, que le hacen ser irresponsable de toda criminalidad", sentenció Lumbreras que insistió en solicitar la libre absolución de su defendido que esa noche pensaba que estaba siendo asaltado por más personas, de ahí que disparase un tercer tiro al aire, para ahuyentar al que se pudiera encontrar en la zona.

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