Unas 100.000 hectáreas de viñedo se reestructuran en 20 años

M. Lillo
-

La Junta destaca la apuesta que supone por mantener la competitividad del sector y Asaja recuerda que es una fórmula que permitió poner fin al abandono de viñas

Vista general de una explotación de viñedo en espaldera en un municipio de la provincia de Ciudad Real. - Foto: Rueda Villaverde

El sector agrario ha hecho una gran apuesta en los últimos años por la modernización y la reestructuración del viñedo ha sido uno de sus ejes principales. Gracias a esta fórmula, gran parte del paisaje de la provincia y de la región, ha cambiado. Las viejas viñas que se avistaban desde todos los puntos de la geografía manchega, han dado paso a viñedos en espaldera, del mismo modo que mientras que antiguamente los tractores y las cuadrillas inundaban el campo en el mes de septiembre para recoger la uva de las viñas en vaso, han dado lugar a multitud de vendimiadoras que recogen las espalderas de manera mecánica. 

Ese proceso de transformación tiene cifras. En el conjunto de Castilla-La Mancha se han reestructurado, según la propia Junta de Comunidades, 250.000 hectáreas en 20 años correspondientes a 40.000 viticultores. En el caso de la provincia de Ciudad Real, la reestructuración ha llegado a unas 100.000 hectáreas en estas dos décadas, según las estimaciones del sector en base al hecho de que la provincia de Ciudad Real acapara hasta el 50 por ciento del viñedo de la región que, no hay que olvidar, es el más grande del mundo. 

A esta apuesta por la reestructuración se refirió a La Tribuna el director general de Agricultura, Jesús Fernández Clemente, quien recordó que se trata de ayudas que cuentan con subvención y que van encaminadas a atender las necesidades que se van demandando por parte de los mercados, cada vez más exigentes y competitivos. «La reestructuración ha sido un elemento principal para mantener la competitividad», dijo Clemente al mismo que reconocía que también ha servido para que el sector se adapte a la nueva situación laboral, que pone de relieve la dificultad para encontrar grandes cantidades de mano de obra en las campañas de recogida. 

Convocatoria anual

Se trata de convocatorias que lanza la administración de manera anual y para las que se conceden dos años de ejecución. De hecho, está previsto que próximamente, quizás incluso esta misma semana, se aprueba la convocatoria de 2023, la que se prevé que cuenta con mayor dotación económica que otros años. 

Desde el sector agrario la reestructuración siempre ha sido bien acogida. Fue «un acierto», afirmó el gerente de Asaja Ciudad Real, Agustín Miranda, quien comentó que eso ha permitido que viñas que comenzaban a estar abandonadas se hayan adaptado para hacer frente al reto de la comercialización. 

Del mismo modo, explicó que el paso del viñedo en vaso a espaldera permitió también la mayor apuesta por «variedades más adecuadas para los mercados». Hubo, por lo tanto, un cambio también en la producción. «Antes de 2002, el 80% de la uva era airen (blanca) y ahora hay más uva tinta». Los mercados actualmente están 'castigando' con un precio menor a los vinos tintos, que se están comercializando peor en los mercados, mientras que ahora «cotiza más la airen». 

Por este motivo, desde Asaja indicaron que el sector se encuentra «en una encrucijada» y que «para dar respuesta a la situación, las administraciones tienen que seguir apostando por el sector, buscando nuevos nichos de mercado» y promoviendo las ventas de vino en diferentes países, tanto incrementando la presencia en los ya conquistados como buscando introducirlos en otros en los que el vino manchego no tiene aún presencia.