Había que ser un héroe para sentarse en el coso de las Eras de Marta. El calor tórrido no invitaba a ello, pero el público cubrió en más de medio aforo los tendidos. La novillada del Día de la Provincia tenía alicientes, con un cartel atractivo de toros y toreros. A bote pronto, la sensación es que el ganado de tres hierros diferentes estuvo por encima de la terna, animosa y vulgares, sin terminar de realizar faenas completas.
Se lidiaron novillos de distinto signo de Javier Gallego (2º y 3º), Mollalta (4º y 6º) y de Ignacio Frías (1º y 5º). El mejor parado, como queda dicho, fue Adrián Reinosa, que cortó tres excesivos apéndices por una labor entusiasta bien rematada con la espada. En el tercero, que apretó en el caballo, buen tercio de banderillas a cargo del peonaje y entonado comienzo de faena doblándose. Tras los dos desarmes la lidia se volvió más violenta. Además, sacó casta el 'bizco' de pelo castaño. Media y oreja. En el sexto, todo un toro de Mollalta, labor con muchas pasadas a la defensiva. Volvió a perder los engaños; le buscó las vueltas al abierto de cuerna. Valiente, y buscando los aplausos del público. Bullidor, como se decía antes. Lo mejor, la estocada tendida. Dos orejas y salida en hombros.
Manuel Caballero, pasó de puntillas por Almodóvar. En el primero porfió con el de Frías, que se defendía al final del muletazo. Pinchazo y media tendida. Aplausos. En el cuarto, un castaño de Mollalta, al que cogieron mucho respeto las cuadrillas, doblones y redondos embarcando bien, pero enganchados algunos. No tuvo eco su labor, poco inspirada, la verdad. Por cierto, debe desmonterarse para pedir el cambio tras el puyazo. Hay que cuidar los detalles. Dos pinchazos, media y varios descabellos. Fue avisado. Pitos.
Miguel Serrano, en el segundo, un jabonero de Javier Gallego muy grandón, buenos lances, en plan mandón. Buenos pares y brindis al presidente de la Diputación. Faena por redondos, echando el novillo la cara arriba sin poner solución el novillero. Se revolvía rápido y Serrano no acertó a confiarse en su labor. Mató a la tercera de una estocada baja mas un descabello. Fue silenciado. En el quinto, una vara apretando del de Frías que se resintió luego. Serrano lanceó entre aplausos. El novillo sacó casta y cierto sentido y se hizo el dueño de la situación. Serrano fue prendido sin consecuencias y lo mejor de su labor, como dijimos, fue la estocada desprendida que bastó. Dio dos golpes de verduguillo. Palmas.
Así finalizó la novillada del Día de la Provincia, con calor sofocante, buen ambiente y un triunfador en tono menor.