Sin salida en la frontera

Nieves Sánchez
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Empresas de la provincia que se dedican al transporte internacional denuncian los cortes de tráfico recurrentes desde quese conoció la sentencia del 'procés' en el límite con Francia, una situación «muy grave» para sus intereses económicos

Sin salida en la frontera - Foto: Juan Herrero

Lo que está ocurriendo en La Junquera, en la frontera de España con Francia, en la salida natural hacia Europa del transporte internacional, está afectando como no podía ser de otra manera a empresas de la provincia que exportan al exterior y que utilizan esta ruta a diario. A primera hora del lunes la plataforma Tsunami Democràtic bloqueó el paso por la N-II en suelo francés, en un día festivo en el país vecino y con el objetivo de internacionalizar el conflicto catalán y dañar la economía española.

«Es lo que están consiguiendo, hacer daño a muchas empresas que tenemos en este sector nuestro negocio», explicaba a este periódico José Luis Ruiz, vicepresidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Transportes de Mercancías por Carretera (ATC) y director general de Baltransa, empresa de Ciudad Real que se dedica al transporte al extranjero productos químicos líquidos, materia prima que se utiliza para todo tipo de componentes, que ha tenido retenidos estos últimos días ocho camiones en La Junquera con petróleo líquido para refinerías de Francia y de otros países colindantes. Un bloqueo por las protestas independentistas, que llegaba a su fin ayer, pero al que ya están «acostumbrados», ya que su punto fuerte de recarga está ubicado en Tarragona.

Baltransa, como la mayoría de empresas que se dedican al transporte con Europa, tomó la decisión el lunes, a tenor de las informaciones que iban llegando desde Cataluña, de desviar el resto de camiones que tenían previsto que salieran esta semana por Irún «con el sobrecoste que eso supone en tiempo y en dinero». Con todo, es el único paso accesible para el vehículo pesado, porque aunque se puede ir por Viella (Lérida), señalaba Ruiz, se necesita autorización especial para el transporte.

«Para nosotros no supone un problema serio en cuanto a deterioro de nuestra mercancía estar parados, si no son muchos días, el problema de nuestra empresa es que nuestros clientes funcionan con stock cero, son petroquímicas como Repsol o Cepsa cuyos clientes están esperando a que lleguemos con la mercancía para no parar sus procesos, ya que eso costaría mucho dinero, por lo que el daño es tremendo».

Quienes sí transportan mercancía perecedera desde la provincia son Transportes Félix, una empresa de Socuéllamos con una flota de unos 120 camiones que tenían a las 19.00 horas del martes todavía retenidos en La Junquera entre 35 y 40 camiones, de los que 15 ó 20 estaban de retorno de países como Italia, Francia o Alemania.

«Transportamos alimentos y toda nuestra mercancía tiene hora de carga y descarga, por lo que no entregar a tiempo nos supone un agravio económico muy importante que no hemos podido ni cuantificar», señalaba Juan José Delgado, jefe de tráfico de Transportes Félix, que ponía el acento en que afortunadamente la mayoría de sus transportistas habían sido desviados antes de entrar en la zona de bloqueo y se encontraban alrededor de pueblos o en áreas de servicio, pero no siempre ocurre esto y en otras ocasiones se ven frenados sin poder bajar del camión.

En la empresa socuéllamina temen ahora que los cortes se trasladen a Irún, donde ellos en concreto están derivando esta semana el 40% de su tráfico.

La situación que se está viviendo estos días en esta parte catalana de la frontera con Francia no es novedosa para los transportistas de la provincia, apuntaba el vicepresidente de ATM. De hecho, es «recurrente» en los últimos tiempos y se ha endurecido desde la sentencia del procés. «Han entendido que así hacen daño y ahora estamos sufriendo cortes cada dos por tres, no sólo en La Junquera, en otras vías también; es continúo y el problema que como hay una inacción total se sienten fuertes y piensan que pueden hacer lo que les dé la gana  el tiempo que les dé la gana».

José Luis Ruiz incidía en que más grave aún que las pérdidas económicas y que estén atentando contra la libertad de movimiento, «es que tienen a personas bloqueadas en un tapón», ya que una desbloqueada la vía, hay que dar salida al transporte que se ha quedado parado, «lo que supone un tiempo añadido». La asociación ha cuantificado que unos 300 camiones diarios procedentes de Castilla-La Mancha están viendo impedido su acceso a Cataluña desde mediados de octubre.