Díaz Aragón une dos ciudades con versos

D. F.
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La autora presentó en Ciudad Real, rodeada de poetas de Puertollano y de la capital, la segunda edición de su primer poemario titulado 'Todas las despedidas son imperfectas'

Díaz Aragón une dos ciudades con versos

La presencia en la Tetería Pachamama de la escritora de Puertollano Cristina Díaz Aragón convirtió la noche del jueves en un momento de encuentro entre aficionados a la poesía y poetas tanto de la ciudad minera como de la capital, así como algunos de los rostros habituales en los circuitos del slam poetry de ambas ciudades, en los que la puertollanera también ha hecho algunas incursiones.

Sobre el escenario, la autora de Todas las despedidas son imperfectas estuvo acompañada por el autor y artista malagueño afincado en Ciudad Real Paco Doblas, quien realizó la glosa de la vida y obra de la protagonista del acto.

Sin embargo, éste fue un protagonismo compartido, puesto que a a diferencia de otras presentaciones poéticas, en las que la misión de dar a conocer los poemas queda en la voz del autor o de dos o tres acompañantes escogidos, Díaz Aragón prefirió repartir el juego entre quienes le acompañaban en la sala, que se fueron sucediendo sobre el escenario.

El resultado fue una reunión poética de voces múltiples en la que cada asistente aportó su forma de estar y entender la lírica a partir de las palabras de la autora. Al mismo tiempo, el trasiego de invitaciones, comentarios, entradas y salidas del escenario contribuyeron a romper el ritmo de la celebración, en un tono distendido y cada vez más amigable.

Cristina Díaz Aragón presentaba en Pachamama y por primera vez en Ciudad Real su poemario Todas las despedidas son imperfectas, pero ya en una segunda edición que incluye varias modificaciones con respecto a su primera publicación.

La obra se divide en dos partes: la primera de ellas, más festiva, celebra el amor como encuentro, sus fases iniciales de entusiasmo y compenetración con el otro, para dar paso a una segunda mitad en la que el desamor se convierte en la excusa para revisar todas las formas en que es posible justificar la separación, desde la convicción de que todas ellas producirán dolor, de una u otra forma.

Cristina Díaz Aragón alargó luego la velada en conversaciones con los espectadores y amigos, mientras iba realizando la pertinente firma de ejemplares de su libro revisado.