El campo se prepara ante la alerta de Europa de plagas

M. Lillo
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Desde Asaja recuerdan su solicitud de control del movimiento de plantas, viveros, animales o embriones para evitar una transmisión de enfermedades «desastrosas»

El campo se prepara ante la alerta de Europa de plagas - Foto: RUEDA VILLAVERDE

Los bajos precios de muchos productos agrícolas, las pérdidas de cosecha por las inclemencias meteorológicas, el retraso en los pagos de algunas ayudas o hasta la guerra comercial con aranceles del 25 por ciento son algunas de las amenazas con las que el sector agrario tiene que lidiar, son ‘enemigos’ conocidos a los que plantan cara los agricultores y ganaderos con su trabajo diario. Pero hay otro riesgo que puede estar al acecho, más impredecible e incluso más devastador: las bacterias que pueden llevarse por delante muchas explotaciones agrarias y con ellas sus puestos de trabajo.

«Preocupados y ocupados». Así están en la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Ciudad Real en relación con las bacterias que pueden dar lugar a la propagación de enfermedades que afectarían al sector primario y sobre los que la Comisión Europea ha impuesto recientemente medidas de emergencia ante un total de 20 pestes, de manera que también se ha hecho un llamamiento a no bajar la guarda para evitar unas consecuencias que podría ser «desastrosas» para el campo. En este sentido, el gerente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) de Ciudad Real, Agustín Miranda, afirmó que llevan «muchos años» trabajando en este sentido, sobre todo teniendo en cuenta el «alto nivel de sanidad» con el que cuenta España para tener así «explotaciones fuertes, sanas, saludables y competitivas en los mercados», lo que les ha permitido posicionarse como «una potencia exportadora a nivel mundial».

De este modo, recordó que desde Asaja han solicitado controles en el movimiento de plantas, viveros y embriones que pueden ser fuente de transmisión de este tipo de bacterias. En este sentido, recordó que el sector agrario tiene «marcado» en la memoria el gran desastre que supuso hace unos 150 años la filoxera y de ahí que el campo sea «consciente» del riesgo que puede suponer la propagación de enfermedades, máxime en una provincia eminentemente agrícola como Ciudad Real.

En este sentido, Miranda explicó que hay que tener en cuenta los cambios sociales que se han producido en los últimos años, con la globalización y el libre movimiento de personas y mercancías, y de ahí que haya que «compatibilizarlo» con una alta calidad sanitaria que evite posibles propagaciones.

«Tenemos conocimiento de que en Castilla-La Mancha existe un sistema de alertas para la detección de estas enfermedades y en el caso de que se produjeran poner los protocolos de actuación para evitar su expansión e intentar su eliminación», dijo Miranda para agregar a renglón seguido que «es cierto, como se dice desde Europa, que estos cambios sociales que ha habido en estas últimas décadas no son asumidos aún por la sociedad en el sentido de que esa libertad de movimiento puede traer una transferencia de enfermedades y éstas pueden provocar grandes desastres económicos».

Una de las bacterias sobre las que Europa advierte es la llamada Xylella fastidiosa, comúnmente conocido como el ‘ébola del olivo’ por el daño que causó en Italia a dicho cultivo. De este modo, Miranda recordó que se detectaron algunos casos en Levante que se consiguieron atajar pero que se debe estar en alerta para evitar su posible introducción y afectación en la región. «Nosotros siempre hemos pedido que se ponga el acento en la sanidad tanto interior que tenemos como exterior en los controles fronterizos para que no se transfieran estas enfermedades», apostilló el representante de Asaja Ciudad Real. De este modo, subrayó que los agricultores y ganaderos son «conscientes» de estos riesgos y de ahí el «esfuerzo» que realizan para garantizar la sanidad y la calidad de los productos.

Por su parte, desde la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) indicaron que actualmente en España sólo se ha detectado la Xylella fastidiosa, una bacteria que puede afectar a todo tipo de leñosos y por la cual las comunidades tienen un plan de actuación en el caso de que se detectara. «No hay que alarmar al sector pero tampoco hay que trivializar», afirmaron desde los servicios técnicos de UPA.