El oeste olvidado

R.Ch.
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Entre Puertollano y Almendralejo hay más de 200 kilómetros que se atraviesan sin cruzar un solo metro de autovía, con la única alternativa, la N-430, para la que es necesario invertir 350 millones de euros en su modernización

El oeste olvidado

Echar un vistazo a un mapa de autovías y autopistas del año 2021 resulta descorazonador para media provincia de Ciudad Real, la mitad occidental, la que reivindica la ejecución de la A-43, la autovía del Guadiana, por el norte o por el sur, y que el Ministerio de Transportes ha dejado aparcada en un cajón priorizando la modernización de la N-430.

200 kilómetros exactos hay en línea recta desde Almendralejo, en Badajoz, desde la autovía de la Ruta de la Plata, a Puertollano, cuando se alcanza la A-41;entre medias, ni un solo metro de autovía. Desde Talavera de la Reina (A-5)a Córdoba (A-4), esa línea suma 230 kilómetros que cruzan la provincia de norte a sur, desde Horcajo a Alamillo, sin pisar tampoco un solo kilómetro de vía de alta capacidad. 

Entre Ciudad Real, Andalucía y Extremadura se dibuja la mayor zona de España alejada de autovías que no traen el soñado desarrollo de territorios afectados por el despoblamiento y por el desempleo:Almadén, Saceruela, Valdemanco, Fuencaliente, Navalpino, Fontanarejo o Porzuna y Fernán Caballero rozan o superan tasas de paro del 30 por ciento.

El oeste olvidadoEl oeste olvidado - Foto: Rueda VillaverdeSin autovía no hay futuro, repiten empresarios como Fepu y organizaciones como Forzados de Almadén. La decisión de Transportes para centrarse en la N-430 ha supuesto un golpe para los alcaldes agrupados en la opción sur, que reivindican que se incluya la autovía en los inminentes presupuestos del Estado. Sin embargo, la prioridad ahora es otra:convertir el corredor norte en un híbrido de vía convencional y autovía, en una carretera 2+1. El Ministerio defiende que esas vías mejoran las condiciones de seguridad de las carreteras convencionales y el nivel de servicio, porque permiten ir más rápido; afectan menos al medio ambiente y, sobre todo, son más baratas.

Y ahí, en los motivos económicos, es donde se justifica en parte la parálisis de proyectos anunciados, pero nunca inaugurados que afectan a la provincia. Además de la         A-43 y de la todavía inexistente conexión a Toledo por la A-41, hay un amplio catálogo de cadáveres en el armario que incluyen la autovía Transmanchega, que iba a conectar Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara; la autovía de La Solana; la autovía de Almadén; la conexión desde Puertollano a Córdoba; o la conclusión de la autovía del IV Centenario, que de sus 145 kilómetros previstos para llegar de Ciudad Real a la A-32 en Albacete, a través del Campo de Montiel, apenas tiene en servicio 28 kilómetros inaugurados hace más de una década. 

Un mal, el de las cancelaciones y de los retrasos, que también se extiende al resto del país. Por ejemplo, en Lugo hablan de la autovía «interminable» para referirse a la unión con Santiago, en Cataluña han esperado 10 años para poder utilizar el enlace entre la autovía A-2 del Baix Llobregat y la autopista AP-7 en Castellbisbal, un tramo de menos de tres kilómetros, mientras que en Almería se inauguraba este verano el último tramo de las obras de una carretera que lleva 36 años de retraso. Esta autovía, la de Almanzora, se anunció en 1985 y aún no está finalizada su conexión con la A-7. 

Promesas que acumulan retrasos en su ejecución, pero que terminan materializándose, mientras en Ciudad Real, la A-43 lleva saltando de informe en informe y de estudio en estudio 23 años ya. Y no hay alternativas para realizar el desplazamiento hacia Portugal con una vía de alta capacidad. La única posibilidad, a través de una carretera de titularidad del Estado, es la N-430, donde el mismo Ministerio reconoce que hace falta invertir 350 millones de euros para adaptarla al tráfico, sobre todo de camiones pesados, que sufre, pero que no es suficiente para desdoblarla. 

Ese agujero negro que aparece en el mapa de autovías de España en el corazón de Ciudad Real requiere de inversiones para hacer frente al despoblamiento y sentar bases para la creación de nodos logísticos y facilitar la instalación de empresas en esas zonas, como apunta la plataforma SOSTalavera, que reclama infraestructuras en el oeste de la región para facilitar el transporte de mercancías y personas en las comarcas afectadas y para que sus empresas sean más competitivas. «De esta manera, zonas desfavorecidas, al dotarlas con infraestructuras, serán más llamativas para la instalación de empresas, lo que conlleva creación de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos» a través de corredores alternativos en la ruta hacia Andalucía o hacia los grandes puertos de la costa portuguesa. «Si no hay infraestructuras, hay comarcas que nunca van a prosperar» o, como apuntaba el ya famoso informe del director general de Carreteras, nunca abandonarán el «dinamismo económico modesto» que desaconseja trazar una autovía por esta parte de la provincia.