Culpable de asesinato por unanimidad

Pilar Muñoz
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El jurado popular declara por unanimidad a Antonio Santillana culpable del asesinato del director de Caixabank de La Solana y de dos delitos de amenazas en las personas de las dos empleadas. El jurado no considera probada la tentativa de homicidio

El encausado, con lo grilletes, abandona la sala del Tribunal del Jurado, custodiado, para regresar a la cárcel - Foto: Rueda Villaverde

Antonio Santillana Campos, empresario de maquinaria agrícola de Villanueva de los Infantes, permaneció cabizbajo y con los brazos cruzados durante la lectura del veredicto del jurado que le ha declarado, por unanimidad, culpable del asesinato del director de la sucursal de Caixabank de La Solana la mañana del 23 de noviembre de 2016, cuando se encontraba en su despacho de la entidad y le descerrajó dos tiros, uno en el cuello que acabó en el acto con su vida.

A Antonio Santillana, enjuiciado esta semana en la Audiencia Provincial de Ciudad Real por la Ley del Tribunal del Jurado, también se le acusaba de intentar matar a la empleada que le gestionó un préstamo hipotecario de 43.800 euros para ampliar su negocio y compra de un camión. En este caso, el jurado considera que no es autor de un delito de tentativa de homicidio como sostenían las acusaciones y sí de amenazas. Por último, respecto a las amenazas a otra trabajadora de la entidad, el jurado dictamina que es culpable de este delito.

A la vista del veredicto, la fiscal tuvo que modificar la petición de condena respecto a la tentativa homicida, pero mantuvo la de 22 años de cárcel por el delito de asesinato al considerar que es una pena «proporcionada» que está dentro de la mitad superior. La fiscal pedía ocho años de prisión por tentativa de homicidio pero, ante el veredicto, modificó y solicitó la máxima pena por amenazas: dos años de cárcel, la misma petición para el otro hecho delictivo de igual naturaleza. Así las cosas, la petición total de condena de la fiscal es de 26 años de prisión.

Los abogados de la defensa explican al procesado los términos del veredictoLos abogados de la defensa explican al procesado los términos del veredicto - Foto: RuedaDe máximas y mínimas. El abogado Ángel Menchén que ha ejercido la acusación particular en nombre de la viuda del director de le entidad crediticia mantuvo la petición de 25 años de cárcel, la máxima pena por asesinato. Las otras dos acusaciones particulares que representan al banco y a una de las trabajadoras afectadas igualmente reclamaron la máxima condena por asesinato y por el delito de amenazas.

De su lado, el letrado José Antonio Rello Ochayta, que defiende al acusado, solicitó las penas mínimas por asesinato, 15 años, y por amenazas, seis meses de cárcel.

El letrado entiende que se ha atenuado mucho la petición de condena, ya que de hasta 42 años de cárcel que solicitaban las acusaciones particulares, se ha pasado a 26. La pena privativa de libertad, medidas y responsabilidad civil a imponer es facultad del magistrado presidente del Tribunal del Jurado, Fulgencio Víctor Velázquez de Castro, y se recogerán en la sentencia que dictará en unos días.

Culpable de asesinato por unanimidadCulpable de asesinato por unanimidad - Foto: Rueda VillaverdeEn cuanto a la responsabilidad civil, la fiscal mantuvo la petición de 465.000 para la viuda y dos hijas del director de la entidad. Respecto de las empleadas del banco, solicitó 10.000 euros. Las acusaciones elevan estas cantidades.

Los abogados José Antonio Rello y Ángel de la Mata que defienden al procesado reconocieron a este diario que están «relativamente» satisfechos con el veredicto del jurado porque ha considerado un delito de amenazas y no tentativa de homicidio en la persona de la empleada de la sucursal que gestionó el préstamo, como sostenían las acusaciones.

Sin embargo, el jurado no ha apreciado eximente ni atenuante alguna respecto al estado mental del encausado, como siguen defendiendo las defensas que no descartan interponer un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha. Los letrados han peleado para que se reconociera y aplicara la eximente de un trastorno mental porque creen que hay base suficiente para atenuar la responsabilidad penal. En estos términos podrían articular el recurso ante el TSJCM e incluso indican que cabría una posible casación ante el Supremo.

La viuda del director del banco asesinado tras escuchar el veredictoLa viuda del director del banco asesinado tras escuchar el veredicto - Foto: Rueda VillaverdeEl posible estado mental de Antonio Santillana Campos (las defensas sostienen que tenía una depresión mayor y una idea recurrente de que le habían engañado) o simplemente su ira, rabia o cabreo por ese pensamiento que dice que se le metió en la cabeza le llevaron a acabar con la vida de Alfonso Muñoz, de 41 años, casado, padre de dos niñas pequeñas y director de Caixabank.

La mañana del 23 de noviembre de 2016 arruinó la vida de una familia y también la propia. Antonio Santillana tenía un negocio (maquinaria agrícola) que marchaba bien, una mujer y dos hijos de 7 y 12 años a los que también ha arruinado la vida.

Un hombre tranquilo, según el contable y amigos, que nunca levantaba la voz, que no discutía y que no había protagonizado episodios violentos hasta aquel 23 de noviembre. Llevaba tiempo rumiando un pensamiento de que le habían engañado en un préstamo y aquella mañana cuando su contable le dijo que el dinero (43.800 euros) estaba retenido se fue directamente a su casa de Villanueva de los Infantes sin escuchar que el director del banco se había comprometido a desbloquear esa misma mañana el dinero del préstamo.

Culpable de asesinato por unanimidad
Culpable de asesinato por unanimidad - Foto: Rueda Villaverde
Cuando llegó a la vivienda, cogió una escopeta semiautomática y unos 20 cartuchos, se subió a su vehículo y condujo hasta La Solana (32 kilómetros) donde estaba la sucursal. Al llegar, cogió el arma, la cargó, entró en la entidad y le dijo a Benita Palacios que le acompañara al despacho del director. Antes, al ver a una empleada, que trató de salir de la oficina, le dijo enseñándole el arma: «De aquí no sale nadie». Después, entró en el despacho y disparó al director sin posibilidad de defensa cuando intentaba explicarle que estaba todo arreglado. Le destrozó el cuello de un disparó y cayó herido de muerte. La otra empleada se escondió debajo de la mesa y Antonio Santillana desistió y se entregó.