«He recuperado las ganas de competir»

Eduardo Gómez
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El bolañego Matías Gómez regresó al tatami adjudicándose la prueba de la Liga Nacional en Guadalajara

Matías Gómez, en uno de los combates de la prueba de la Liga Nacional celebrada en Guadalajara. - Foto: Jose María Rodríguez Martín (RFEK)

Matías Gómez volvió este fin de semana a la competición tras más de siete meses lejos del tatami. El karateca bolañego, uno de los más laureados del país, regresó adjudicándose el triunfo en la categoría kumite menos de 60 kilos de la Liga Nacional celebrada en Guadalajara y que estaba prevista en Valdepeñas, pero que cambió a última hora de sede por la situación sanitaria en la ciudad del vino. 

«Todo este tiempo me ha servido para resetear», admite Matías Gómez, que antes del parón por la pandemia había encadenado varias derrotas en las pruebas del Circuito Mundial Premier League que comprometían seriamente su objetivo de clasificarse para los Juegos Olímpicos de Tokio.

«Entré en un bucle muy negativo del que no lograba salir. No me salían los resultados y este tiempo me ha venido bien para oxigenar la cabeza, disfrutar de la familia y seguir entrenando. He echado de menos la competición y ahora he vuelto con más ímpetu. Antes estaba en un bache, ahora noto que tengo más despejada la mente».

Una vez concluyó el confinamiento y pudo regresar a Madrid, continuó sus entrenamientos en el Centro de Alto Rendimiento y ha tenido incluso dos concentraciones con la selección española absoluta en Oviedo.

Para concluir el año disputará otra prueba de la Liga Nacional y la fase final y de cara al año que viene toda su preparación irá enfocada a clasificarse primero para el Preolímpico de París, donde se pondrán tres plazas en juego para Tokio. «Acudir a unos Juegos Olímpicos es ahora o nunca, así que tengo que aprovechar mi oportunidad».

De su triunfo en esta Liga Nacional se queda con «haber vuelto a competir y ver que el trabajo hecho durante estos meses ha dado sus frutos. También me sirve para ver lo que hay que corregir», admite, tras una competición «atípica», pues los participantes tuvieron que competir con mascarilla y sin público. «Era una sensación incómoda porque a veces te cuesta respirar, pero hay que acostumbrarse. Y sin público parecía un entrenamiento con jueces, pero al menos ya se puede competir».

La pandemia le ha concedido la oportunidad de recuperar su mejor nivel a un deportista que prácticamente ha ganado todos los títulos posibles y que atravesaba horas bajas. Una ocasión para reencontrarse con su mejor versión y que ahora está dispuesto a aprovechar.