El actual momento económico, después de la década de crisis que ha sufrido España, mantiene en la más absoluta incertidumbre a miles de aspirantes a emprendedores que desearían lanzarse a abrir un negocio propio, pero que, o bien por la ausencia de una idea clara de proyecto, falta de seguridad en sí mismos o por la dificultad de financiación no saben cómo empezar.

Ante este dilema, surge la alternativa de la franquicia aprovechando la experiencia de una empresa matriz que ha desarrollado un modelo de negocio de éxito y ha sido capaz de posicionar y consolidar una marca en el mercado.

Es el caso de Ángeles que, tras quedarse sin trabajo en una empresa nacional hace casi una década, decidió abrir una oficina de trabajo temporal. Con la indemnización y el finiquito se decidió a la aventura profesional de su vida. Buscó un local, contrató a una ayudante y cada día visitaba una por una cada empresa de los diferentes polígonos industriales de la ciudad ofreciendo sus servicios de ETT.

Los orígenes no fueron nada sencillos, de hecho, el primer año tuvo que vender su coche y la caravana con la que iban de vacaciones para poder seguir en el mercado y empeñar su propia vivienda.