"Tenía la necesidad de mostrar mi amor por el flamenco"

D. F.
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El bailarín actúa esta tarde en el Teatro Quijano con el espectáculo Amator

"Tenía la necesidad de mostrar mi amor por el flamenco"

El Teatro Quijano abre hoy sus puertas a uno de los grandes, con la llegada del espectáculo Amatør, protagonizado y coreografiado por el bailarín Jesús Carmona, que en esta ocasión comparte dirección artística con Rafael Carrasco. El artista nacido en Barcelona se presenta en Ciudad Real con un montaje que ha llevado por todo el mundo con el mayor de los éxitos y abundante exhibición del cartel de ‘no hay entradas’ o ‘sold out’, ya fuera en Madrid o en Nueva York. El espectáculo dará comienzo a las 20.30 horas.

Llama la atención que en Amatør varios espectadores suben al escenario ¿qué busca en ellos?

Una de las ideas que estábamos trabajando cuando preparábamos el espectáculo es que tienes que tener una conexión cultural con el arte y tienes que ser capaz de dar el 100 por 100 y toda tu vida por ello. Quería hacer un espectáculo en el que el público participe de una forma directa y activa en la evolución del espectáculo. Ellos van a ver todo el espectáculo sentados en el escenario, también van a ver todos los cambios que suceden en el escenario y en algunos casos se ponen a bailar. Es una comunión con el público, se crea una energía, que al final no es sólo de los artistas, sino que también forman parte los espectadores, que también deciden la pieza con que acaban los tres actos. Eso hace que el espectáculo nunca sea igual.

¿Cuál fue la idea que condujo a Amatør?

Lo que hago en cualquier proyecto es ver es lo que quiero que cuente la obra. En el caso de Amatør, todo ese proceso ha llevado año y medio de creación, sentía la necesidad de ser yo al 100 por 100, de mostrar al público el amor que tengo por el flamenco, por la danza española, por el folclore. Necesito también compartir con diferentes artistas, no es la primera vez que alguien en su espectáculo llama a una serie de invitados para que vengan a actuar, como Marco Flores y Nino de los Reyes. Al final es un pequeño regalo para mí.

¿Cómo concibe una coreografía?

Por supuesto que cuando vas a subir al escenario es decisivo ir como vas a la cocina. Cuando haces un plato, según los elementos que tengas en la nevera, así te va a salir. Pero para mí es muy importante la improvisación, por supuesto es imprescindible tener en cuenta a tus compañeros los artistas, tus compadres en el escenario. Pero sí es verdad que para un coreografía en la que se hace un trabajo previo, que tiene su concepto, su principio y su final, lo que hago es necesario saber qué es lo que ha pasado antes, qué es lo que tiene que suceder después. Te va costando llegar. Es un trabajo mucho más lento, pero es mucho más productivo.

Comparte la responsabilidad del espectáculo con Rafaela Carrasco, ¿cómo se puede llevar la dirección artística entre dos?

Muy bien, la verdad es que en este espectáculo quería hacer algo que no había hecho nunca. Es la primera vez que hago codirección. Ha sido muy gratificante, Rafaela es una artista excepcional, es una persona que se da. Ha sido muy fácil, los dos tenemos muy claro el proyecto de trabajar juntos y de repente descubrir nuevas posibilidades sobre el escenario. También es cierto que Rafaela es una artista muy, muy diferente a mí.

Ha estado en Nueva York varias veces, donde además de presentar su espectáculo ha estado en escenarios de jazz, ¿es posible también la fusión flamenco-jazz en la danza?

A mí no me gusta para nada la palabra fusión. Pienso que las artes no deben de fusionarse, sino que deben alimentarse las unas de las otras. En el momento en el que tienes una buena base, en mi caso de lo que es el flamenco e intentas conseguir de lo que puede ser el baile contemporáneo, de repente puedes descubrir un movimiento o una forma de hacer que puedes incorporar.

¿El público cambia de ciudad en ciudad y de teatro en teatro?

Sí, la verdad es que se nota mucho la diferencia en países. En Estados Unidos es un público que les gusta mucho demostrar cuando les gusta algo. En España es un público muy sano, mayoritariamente tiene ya una cultura de qué va el flamenco.