Creen probada la agresión sexual y abusos a dos niñas

Pilar Muñoz
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La fiscal del caso rebaja tres años la petición de pena respecto al abuso al considerar que no es un delito continuado

Creen probado la agresión sexual y abusos a dos niñas

Las dos menores que han sentado en el banquillo de los acusados a un joven de 21 años por abusos y agresión sexual han ratificado ante el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial la denuncia por los hechos ocurridos el verano de 2018 en Argamasilla de Alba.

El acusado, de origen rumano e  iniciales  F. R., ha negado los hechos, pero la fiscal considera que han quedado acreditados, aunque al elevar a definitivas sus conclusiones ha hecho una modificación respecto al delito continuado de abuso, que pasa a ser simple y por tanto rebaja de cinco a dos años de prisión la petición de pena. Del mismo modo, se altera la solicitud de prohibición de alejamiento que se reduce a cuatro años (pedía 10 años) y la responsabilidad civil a 2.000 euros.

Lo que no varía es la petición de condena por el delito continuado de agresión sexual: 8 años y seis meses de cárcel. De ahí que la suma de la pena que solicita la fiscal sea abultada: 10 años y medio de prisión. No ha modificado sus conclusiones provisionales en este sentido una vez oído en sala el testimonio de las dos niñas, que  tenían 12 y 14 años cuando ocurrieron los hechos. Las chicas, a puerta cerrada y acompañadas de su abuela y de la madre de una de ellas (son primas), han narrados los hechos en los mismo términos que la denuncia interpuesta en octubre de 2018 tras el último episodio ocurrido en la zona del Pósito de Argamasilla de Alba cuando las menores estaban con un amigo, que ayer prestó declaración mediante videoconferencia. El chico también ratificó la denuncia.

Durante la declaración de las menores, el encausado ha sido trasladado a otra sala de la Audiencia para evitar la confrontación de las víctimas con el presunto autor.

Ante el Tribunal, han declarado que el acusado cada vez que se las encontraba por la calle las seguía y les tocaba el culo. Una situación que solía ocurrir dos o tres veces como mínimo por semana. En una de las ocasiones se acercó a la de 12 años, la rodeó con los brazos, la tiró al suelo y comenzó a realizarle tocamientos. El episodio que  llevó a la denuncia ocurrió en el Pósito cuando «de manera sorpresiva» la agarró por el cuello con fuerza, la empujó y le tocó el culo. Después retuvo las manos de la menor sujetándola con fuerza y la agredió sexualmente sin que su prima ni un amigo pudieran impedirlo.