Antigua bodega de Arévalo

Rafael Cantero
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Ciudad Real es tierra de tradición vitivinícola y por tanto el vino forma parte de nuestras raíces

Antigua bodega de Arévalo

Ciudad Real es tierra de tradición vitivinícola y por tanto el vino forma parte de nuestras raíces. El viajero que visite nuestra provincia, sea cual sea su dirección, más pronto o más tarde se topará con un viñedo. De la importancia y popularidad del vino de Ciudad Real, nos da constancia Miguel de Cervantes en su inmortal obra El Quijote, cuando en boca de Sancho, dijo: «Dígame, señor, por el siglo que más quiere, ¿este vino es de Ciudad Real?», a lo que le respondió el caballero del Bosque: «En verdad que no es de otra parte y que tiene algunos años de ancianidad» (capítulo XIII 2ª parte).

Las bodegas, al igual que los palomares, los chozos o las construcciones para guardar los aperos de labranza forman parte de nuestra arquitectura popular. Eran numerosas las bodegas que podíamos encontrar en cualquier localidad de nuestra provincia. Ciudad Real contó con numerosas bodegas en su casco urbano, pero con el transcurrir del tiempo y por diversas motivaciones, se fueron cerrando, abandonando y paulatinamente desapareciendo.

Entre las muchas bodegas con las que contó Ciudad Real, se encontraba la conocida como bodega de Árevalo, fundada en la segunda mitad del siglo XIX por su propietario don Ricardo Árevalo. Se trataba de una bodega de carácter familiar situada en la calle Tinte haciendo esquina con la calle Alarcos. Los vinos que se elaboraban en esta bodega tenían gran popularidad, los más notorios eran el Embocado y el Damasco, a estos se sumaban el Seco, Añejo seco, Añejo fino, etc. Fue tal la demanda de los vinos de la bodega de Árevalo que llegó a tener tienda propia en Madrid. A mediados del siglo XX, la bodega fue vendida a un nuevo propietario, que le cambió la denominación social por el de Bodegas Alarcos. 

Antigua bodega de ArévaloAntigua bodega de Arévalo - Foto: Tomás Fernández de MoyaEn el año 1963, como consecuencias de un temporal continuado de fuertes lluvias, la techumbre del edificio de la bodega se hundió quedando muy afectado el resto de la edificación. La actividad de la bodega prácticamente desapareció, convirtiéndose simplemente en un despacho donde se vendía el vino a granel. 

El Ministerio de la Vivienda, en el año 1968, adquirió el inmueble y procedió a la total demolición de la edificación que aún conservaba, aunque en muy mal estado.

En la fotografía superior podemos observar en lado derecho el solar resultante de la demolición de las antiguas bodegas Árevalo, y en la parte central observamos el edificio del antiguoSeminario Diocesano de la calle Alarcos, proyectado en 1887 por el arquitecto don Vicente Hernández.

En el espacio donde estuvieron las bodegas Arevalo, se levantó en el año 1973, una nueva construcción de ocho plantas destinada a albergar las oficinas de las delegaciones provinciales de varios ministerios. Junto al edificio principal se construyó una pequeña edificación anexa donde se instaló la delegación del Ministerio de Información y Turismo.

El nuevo edificio, propiedad de la Administración General del Estado y denominado Edificio Administrativo de Servicios Múltiples de Ciudad Real, entró en funcionamiento en los primeros meses del año 1974. Posteriormente, en el año 2014, el edificio Administrativo de Servicios Múltiples de Ciudad Real fue traspasado en su totalidad a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 

Con la construcción del edificio de Servicios Múltiples y el de los sindicatos, en el solar del antiguo seminario, los aires de modernidad empezaron a sustituir a casi la totalidad de los antiguos edificios singulares y casas solariegas que jalonaban este entorno cargado de historia y tradición.