Empezó a escribir en la adolescencia, pero cuando llegó al instituto lo dejó. Al morir su padre volvió a retomar la poesía, fue para él «una forma de sacar el dolor». Desde entonces, no ha dejado de escribir. Una afición que compagina con sus obligaciones como alcalde de La Solana y que la ha llevado a publicar una quincena de libros. El último, un poemario que sale a la luz bajo el título Vivir cada día. 

Hace unos días presentó su último poemario titulado Vivir cada día. ¿Significa esto que hay que aprovechar cada instante de la vida?

Es un poemario de reflexión sobre el tiempo y el espacio de cada uno de nosotros, sobre el vértigo diario en el que vivimos y sobre la importancia de no pasar desapercibido y vivir lo más importante que tenemos; la vida.

¿Eso es difícil escribirlo en un poema?

No es fácil plasmarlo, pero los que escribimos nos sale así, en verso. Las reflexiones y los pensamientos los ponemos en forma de poemario. 

¿Qué es para Luis Díaz-Cacho vivir cada día?

Levantarme y abrir los ojos. Eso es un elemento de alegría y de reflexión de que uno sigue vivo. Intento vivir a tope cada día y transmitir el concepto de amor a los demás y de compartir todos los instantes con la gente que uno quiere. Intento ser feliz y hacer feliz a los demás.  

¿Se puede decir entonces que se trata de un libro de crecimiento personal?

Sí, es un libro de crecimiento personal y que puede ayudar a la gente en sus momentos de soledad, de bajón y de crisis. Un libro que no es necesario  leer en el orden en el que van los versos, pues se puede abrir cada día y leer por el poema que aparezca. Seguramente el mismo poema, leído en diferentes momentos, nos va a provocar sensaciones distintas.  

¿Y eso es lo que quiere transmitir con los versos de este libro?

He intentado transmitir que la vida es lo único que tenemos, que ayer es ya pasado y que el mañana no existe. La reflexión es que no hay que dejar para luego las cosas importantes. Las cosas hay que vivirlas, gozarlas y compartirlas. 

Un poemario que llega en uno de los momentos más difíciles, en plena pandemia. 

Es cierto, pero la mayoría de los poemas los he escrito antes de 2010. En ese año, escribí un pequeño libro para regalar a los amigos en Navidad bajo el título ‘Poemas para vivir cada día’. Ahora, cuando he querido imprimir ese libro, mi editor, Julio Criado, me propone hacer un libro nuevo. Y lo hicimos con la introducción de más poemas y se cambió la distribución, se modificó el formato, se incluyó el prólogo de Antonia Cortés, los dibujos a color de Fernando Acebrón  y la semblanza de Luis Romero de Ávila. Hicimos un libro nuevo. Es verdad que tengo poemas escritos en pandemia pero esos aún no han visto la luz. Están guardados en mi cuaderno y puede que algún día los publique.

¿Con cuál de todos los poemas escritos se queda? 

Es muy difícil escoger un poema pero hay uno que se titula ‘He de vivir la vida intensamente’.  Un poema que le tengo especial cariño porque es muy personal, muy mío y que concluye introduciendo mi nombre, pues es una manera de interpretar la intensidad con la que vivo la vida y el día a día.  

Poeta y alcalde de La Solana. ¿Cómo se compagina esto?  

La política es atemporal y la poesía no se acaba nunca. He conseguido no desprenderme totalmente de la poesía a pesar de la política. La poesía me ha acompañado siempre y es parte de mi vida, pues en muchos de mis discursos incluyo también algunos de mis poemas.   

No es el primer libro suyo que sale a la luz. ¿Cuál será su próximo reto, quizás un libro con esos poemas escritos en pandemia?   

No hay para un libro, sería para parte. Acabo de presentar este poemario y de momento no tengo nada pensado.