"Retrasé mi jubilación porque cada vez había más muertos"

Ana Pobes
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Enfermera de profesión, recibe el Premio por la Igualdad de la Diputación

"Retrasé mi jubilación porque cada vez había más muertos" - Foto: Rueda Villaverde

Eloísa Fernández es ejemplo de generosidad y valentía, y eso le ha hecho merecedora de recibir el V Premio por la Igualdad que otorga la Diputación de Ciudad Real cada año, y que en esta ocasión ha decidido poner en valor el ámbito sanitario por su papel fundamental durante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19. Enfermera de profesión, Eloísa Fernández retrasó su jubilación para ayudar durante la primera ola de la pandemia, algo que sin dudarlo, señala, «volvería a hacer». Un ejercicio de solidaridad, responsabilidad y desinterés que ha sido merecedor de este premio que la Institución provincial otorga desde hace cinco años con el objetivo de destacar el trabajo por la igualdad con perspectiva de género coincidiendo con la celebración de la efeméride que se conmemora el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Tras 43 años ejerciendo como enfermera, se jubiló el pasado 1 de septiembre, cinco meses más tarde de la fecha que le correspondía.

¿Contenta de recibir este premio?

Por supuesto, estoy muy contenta porque este premio viene a reconocer la labor de Enfermería, y más en estos tiempos. No he hecho nada especial. Esto es un reconocimiento a tantos y tantas auxiliares de enfermería que han dado lo mejor de sí mismos en unas circunstancias muy difíciles a causa de una emergencia sanitaria sin precedentes. En los momentos que estamos viviendo este premio da mucha alegría, a mí, personalmente por haberse fijado en mí, pero yo no soy la élite de la Enfermería simplemente aplacé mi jubilación para seguir, algo que consideré normal en esos momentos. Este reconocimiento está dedicado a todos los enfermeros y enfermeras de todos los hospitales, especialmente del Hospital de Ciudad Real. Sin ellos, un hospital no funciona.

 

Decidió quedarse unos meses más y arrimar el hombro en la lucha contra la pandemia. ¿Éste ha sido el momento más duro que ha vivido profesionalmente?

De los 43 años trabajando como enfermera, nunca he vivido un episodio así. En todo este tiempo he vivido muchas situaciones, pero jamás una como esta. Una situación anómala y agobiante porque era algo muy novedoso y que nadie conocíamos. Veíamos cómo cada vez había más enfermos, más muertos y más tragedia, y no llegábamos. Yo llevaba tres supervisiones y la dirección de Enfermería tenía que poner una nueva supervisora, ya teníamos alguien previsto pero siempre con un cambio amparado bajo la normalidad para que todo funcionase bien. Fue en ese momento cuando pensé que lo mejor era quedarme. Bajé a ofrecerme porque veía lo que se venía encima y no me podía ir. Me dijeron que sí y volví a renovar los papeles para retrasar mi jubilación.

 

¿Con qué historias o imágenes se queda de esa primera ola de la pandemia?

Solamente con el silencio y la tristeza. Silencio en el hospital y tristeza porque las enfermeras estamos acostumbradas a ver mucho dolor y mucha tristeza pero luego siempre vida, y ahora no vemos esa vida, simplemente mucha tristeza y mucha soledad. Se vivía mucha tragedia y mucho miedo. Todo era negativo.

 

Después de todo lo vivido, ¿se arrepiente de haber tomado la decisión de prorrogar su vida laboral?

Lo más fácil hubiera sido irme, pero me quedé y no me arrepiento para nada de la decisión. Retrasar mi jubilación es algo de lo que nunca me arrepentiré, y por supuesto que volvería a hacerlo. Es más, me propuse para la vacunación en el caso de que necesitaran a gente. Me ha encantado ser enfermera y seguiré siendo enfermera mientras viva porque siempre me ha gustado mucho mi profesión.

 

Un panorama desolador que no parece ser suficiente para que la gente se conciencie. ¿Qué les diría a esas personas?

He visto cómo auxiliares y enfermeros han estado las 24 horas del día al pie de pacientes COVID. Esto es responsabilidad individual. Dicen que van a multar por los botellones, pero yo creo que lo mejor es que esa gente se pase una semana por la UCI o por las plantas COVID para que vean lo que se está sufriendo. La Enfermería está sufriendo muchísimo, más de lo que la gente se cree, pues están viviendo situaciones muy desagradables y luego sales a la calle, y ves lo que ves. Se te remueve el cuerpo.

La Enfermería está viviendo el dolor desde el primer momento de la pandemia. ¿Esos aplausos aliviaban ese dolor?

Al principio era algo novedoso pero luego se convirtió en una rutina. Pero hay mucha gente a la que hay que aplaudir, no solo a la Enfermería. Es el caso de las familias que han perdido a sus seres queridos y de toda esa gente que ha pasado la enfermedad o que ha fallecido en soledad.

Un premio que la Diputación creó hace cinco años en pro de la igualdad con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. ¿La igualdad existe en el ámbito de la Enfermería?

Un enfermero y una enfermera son siempre lo mismo, y a todos se les trata por igual. Creo que la igualdad existe ya desde hace muchos años, pues para mí nunca ha existido la desigualdad.