La decisión del Ayuntamiento de Zamora de implantar una tasa de nueve euros al año a los propietarios de perros en la capital ha generado este mes un intenso debate en las redes sociales sobre la conveniencia o no de aplicar este impuesto municipal. Sin embargo, en el caso del Ayuntamiento de Ciudad Real, se descarta la creación de  dicha tasa genérica por la tenencia de perros en la ciudad, según informó a este diario en días pasados la concejala de Medio Ambiente, Mariana Boadella.

Mientras que en consistorios como el de dicha ciudad castellano y leonesa se defiende la aplicación de la llamada ‘tasa perruna’ para sufragar gastos como la creación de más zonas caninas, evacuatorios, censos y bolsas de recogida de excrementos, en el Ayuntamiento de Ciudad Real son contrarios a «cargar con una tasa añadida al que cumple» ya con su obligación de recoger los excrementos de su perro en la vía pública, al mismo tiempo que reconoce que «los que no las recogen son una minoría», aunque sus consecuencias son «muy visibles» y suelen ser motivo de críticas por los ciudadanos que las sufren.

La edil de Medio Ambiente explicó que en la capital sólo se cuenta con una tasa para la tramitación de los expedientes de perros potencialmente peligrosos y que no  son partidarios de aplicar una tasa genérica por la tenencia de perros, pues recordó que para aquellos que no cumplen con la obligación de recoger las defecaciones de sus mascotas ya se impone una sanción que puede llegar hasta los 600 euros.

Boadella explicó que en la capital hay unos 15.000 perros censados y que, de incumplir todos supondría alrededor de 30.000 defecaciones al día sin recoger, algo que no sucede en la capital y en lo que basó su afirmación de que los incumplidores son sólo «una minoría». Ante esos infractores, apostó por la concienciación con campañas de sensibilización.

No obstante, comentó que otra cosa sería que se planteara la implantación de una tasa a cambio de la prestación de determinados servicios que estarían organizados por el Ayuntamiento, como el envío a casa de bolsas de recogida o el desarrollo de charlas de adiestramiento canino, puso como ejemplo la edil. Sin embargo, matizó que eso en cualquier caso sería «a demanda» de los propios dueños.