Ciudad Real «le debe mucho a Ramón Barreda"

Pilar Muñoz
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El exalcalde Gil-Ortega destaca el ingenio y lealtad de un hombre libre: «No era político, no estaba afiliado»

Imagen de archivo de Ramón Barreda Fontes - Foto: Fotos Rueda Villaverde

Agudo, mordaz, socarrón, vehemente, culto, desprendido, rápido de mente y palabra hasta el punto de costarle más de un disgusto. Así era Ramón Barreda Fontes. Un tipo carismático, que huía de todo artificio y paparrucha.

Tras su fallecimiento, el pasado viernes son muchas las personas que han destacado su valía, dignidad y lealtad, atributos que no son habituales en los tiempos que corren. «Ramón era especial en muchos sentidos», destaca a La Tribuna Francisco Gil-Ortega, alcalde de Ciudad Real por el PP entre 1995 y 2007. Confiesa que fue un acierto incorporar a Ramón en las listas y ponerle al frente del área de Festejos. «No estaba afiliado al Partido Popular, no era político y cuando le llamé para decirle que si quería ir en las listas me dijo: ahora mismo».

Gil-Ortega reconoce que «teníamos cierto recelo. Era el hermano del entonces vicepresidente -socialista- de Castilla-La Mancha, José María Barreda, pero nos sorprendió». Aceptó formar parte del equipo de Gobierno de Gil-Ortega sin objeción ni petición alguna. Se le encomendó la Concejalía de Festejos y tan solo dijo: «Me va a gustar llevar las fiestas y tradiciones de Ciudad Real». Realizó un gran trabajo, asegura Gil-Ortega. A modo de ejemplo, afirma que «reanimó» un Carnaval que estaba en la UCI, potenció e imprimió un sello especial a La Pandorga con bandas y charangas en las calles de la ciudad con más vida e incluso se llevó la zurra de los jardines del Prado ante la situación generada. Su decisión fue muy criticada, pero se mantuvo en sus trece y el tiempo le dio la razón como en otras muchas cosas.

En su etapa al frente de la Concejalía de Festejos revistió las fiestas y tradiciones de una pátina especial como nunca. También le dio su lugar a la Hermandad de Pandorgos. «Ciudad Real le debe mucho a Ramón Barreda», asevera el exalcalde y senador del PP tras recalcar que no estaba liberado, pero trabajaba todos los días, mañana y tarde por las fiestas y tradiciones de Ciudad Real.

Gabriel Miguel, concejal de Urbanismo, destaca el ingenio y talento de Ramón Barreda, así como el valor que daba a la amistad. Mucho antes de entrar en política, regentó el célebre café bar 'El Cafetín'. «El día de su cumpleaños era el que más cervezas, vinos o refrescos se servían y el que menos caja se hacía porque invitaba a todo el mundo», recuerdan quienes le conocían.

Ramón Barreda tenía una personalidad muy definida y una claridad de ideas poco frecuente. Le gustaba escribir y tenía talento para las coplillas como evidenció años en la contraportada de La Tribuna, que llegó a ser lo más leído.