'El Chicle' pidió a su familia que mintiera para encubrirle

Agencias
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La exmujer, la hermana de esta y el excuñado reconocen que falsearon sus declaraciones para otorgar una coartada a Abuín, al no creer que hubiera sido el autor del asesinato de Diana Quer y confiar en su versión

La exmujer de 'el Chicle', Rosario Rodríguez (d), junto a su hermana, Elena Rodríguez (c), y su excuñado, Adrián Castroagudín (i) - Foto: Xoan Rey

José Enrique Abuín Gey, El Chicle, acusado de la muerte de Diana Quer, pidió a sus familiares horas después del crimen que mintieran a la Guardia Civil y que dijesen que esa noche había salido con su mujer, según los testimonios recogidos este miércoles en el juicio contra él que se celebra en la Audiencia Provincial de A Coruña, con sede en Santiago.

Tanto su exmujer, Rosario Rodríguez, como la hermana de esta, Elena Rodríguez, y su excuñado, Adrián Castroagudín, han reconocido que el Chicle les pidió al día siguiente del crimen que si la Guardia Civil les preguntaba, contasen que esa noche estuvo con la que entonces era su mujer. Y así lo hicieron.

Los tres no sospecharon de él, porque, según han declarado en la vista con jurado popular, no le veían capaz de hacerlo, pero como tenía antecedentes policiales podría ser sospechoso de la desaparición de Diana y no dudaron en ofrecerle una coartada.

La exmujer del único acusado ha mencionado los escarceos amorosos de su exmarido y ha confirmado que solía salir de noche, "siempre vestido de oscuro", diciendo que iba a robar gasóleo. En otras ocasiones, ha dicho que había visto garrafas de gasóleo, pero no en esa ocasión. 

Cuando tuvo conocimiento de que estaba siendo investigado por los agentes, Rosario Rodríguez ha explicado que su marido le pidió que dijese "que había salido con él a robar gasóleo" esa noche, algo que "fue mentira". "Me dijo que dijese que había estado conmigo esa noche porque le querían culpar de algo que no había hecho", ha sentenciado. 

A preguntas de la fiscal, la exmujer de el Chicle ha reconocido que decidió decir "la verdad" cuando recibió una llamada de los padres de Enrique Abuín diciéndole que estaba saliendo su casa y su hija en la televisión. "Ahí me cabreé y dije que se iba a saber la verdad", ha destacado.

La noche que desapareció Diana Quer, Enrique Abuín salió de su casa alegando que iba a robar gasóleo, ha dicho su exmujer, y volvió a lo largo de la noche y durmió "perfectamente", dado que "despertaron" juntos. Los días siguientes, ha añadido, se comportó con normalidad. 

En todo caso, la exmujer ha negado que tuviese un comportamiento violento, aunque en ocasiones se "alteraba un poco" en las discusiones y ha ratificado que al único acusado de la muerte de Diana Quer le gustaba "tener el coche limpio". En su vehículo, el Chicle llevaba bridas para "sujetar cosas", ha dicho la testigo, que, no obstante, no ha reconocido una brida similar a la encontrada con el cadáver de Diana, que es "más larga" que las que tenía su exmarido. 

La exmujer ha reconocido que no habló mucho con él de ese caso, aunque era muy mediático, y no le preguntó si había sido él porque no se imaginaba que fuera a hacerlo.

Aunque no creía que el entonces su marido pudiera hacer algo semejante, ahora, una vez que le han dicho que fue él, piensa que sí lo hizo. "Lo hizo todo solo, claro", ha afirmado.

"Yo le creí"

Durante el interrogatorio, la excuñada del Chicle ha indicado que, en el momento de los hechos residían -ella y su marido- con el acusado y su ahora exmujer en la misma vivienda, una convivencia que se prolongó durante más o menos un mes. 

La noche de los hechos, la testigo ha asegurado que su excuñado estaba en la casa cuando se acostó, por lo que desconoce si salió de la vivienda durante la noche o la hora a la que regresó. Unos meses después, su familia le dijo que "tenía que ir a declarar" en relación a la desaparición de Diana Quer. 

En ese momento, ha dicho ante el tribunal, Enrique Abuín le pidió que dijese a la Policía que "Rosario iba con él" esa noche. "Nos pidió que mintiésemos. Yo lo creí", ha sentenciado. La hermana de la exmujer del Chicle ha afirmado también que el acusado decía con frecuencia que iba a robar gasóleo. 

La testigo ha asegurado que su relación con el acusado era buena, y que era un hombre "con carácter" pero al que tenía aprecio, aunque ha reconocido que creyó a su otra hermana cuando, hace años, denunció a el Chicle por una supuesta agresión sexual. Preguntado sobre si lo cree capaz de matar a alguien ha respondido: "No lo creía". 

Vanesa, la otra hermana y gemela de la exmujer, ha declarado que el acusado le había agredido sexualmente e incluso amenazado con posterioridad, cuando ella aún era menor de edad con apenas 17 años. Sobre la época de la agresión denunciada, que en su día fue archivada de forma provisional pero que se ha reabierto con nuevas diligencias e indagaciones, Vanesa ha recordado que ella era "delgada, con el pelo un poco más largo y morena", además de menor de edad, y que tuvo secuelas psicológicas, que "poco a poco se van sobrellevando", pero que "nunca" las va a olvidar". 

Así, ha reconocido que tenía "miedo" y que el acusado llegó a amenazarla durante y con posterioridad a la agresión sexual denunciada, durante la que Abuín portaba una navaja, y que llegó a recibir insultos por su parte. 

También ha respondido que "todos" en su familia la creían cuando decidió denunciar la agresión sexual de Abuín, pero no su hermana gemela (la entonces pareja del acusado). 

Cambio de móviles

También el excuñado del Chicle ha confirmado ante el tribunal que el acusado les pidió que mintiesen a la Policía para tener una coartada esa noche. "Pensábamos que no había hecho esa animalada", ha explicado el testigo, que ha indicado que Enrique Abuín les instó a que dijesen que su mujer era la que utilizaba su móvil, mientras que él utilizaba el que realmente era de ella. 

El excuñado ha indicado que mintió ante los agentes porque "no pensaba que había hecho eso" y creía que lo seguían porque "tenía antecedentes", además de que tenía "miedo a represalias". "Me amenazaba, luego no hacía nada, pero a mi me metía miedo", ha dicho, precisando que le decía cosas como que le "iba a romper las piernas". 

La noche de los hechos, ha recordado, oyó a su excuñado decir "que se marchaba" sobre las 22,30 o 23,00 horas, mientras su exmujer se quedaba en casa. Los días siguientes, ha aclarado, no percibió en él ningún comportamiento extraño. 

El padre y la hermana de Diana, Juan Carlos Quer y Valeria Quer, acompañados de la presidenta de la asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella, han acudido a la vista.

Pero en medio de la declaración del excuñado de el Chicle Valeria ha tenido que salir de la sala, entre sollozos, acompañada de Estrella. El presidente del tribunal, Ángel Pantín, ha permitido que se fuera. "Puede salir si no se encuentra bien", le ha dicho.

La hermana del acusado, María Jesús Abuín Gey, estaba citada, ha acudido a la sala y se ha acogido a su derecho a no declarar por ser familiar directo de el Chicle

 

Le gustaba ver a adolescentes en institutos

Manuel S.G, un amigo de José Enrique Abuín Gey, ha reconocido en el juicio por este caso que le acompañaba a las cercanías de los institutos para ver a chicas, a las que piropeaba insistentemente.

El testigo ha explicado que al Chicle le gustaban especialmente las chicas "morenas, de pelo largo y delgadas" y de "veintipocos años", pero ha indicado que nunca siguieron a ninguna y que se limitaban a decirles "guapas, tías buenas y morenas" cuando iban a los institutos.

También le gustaban así cuando acudían a locales de alterne, ha añadido el testigo, que ha asegurado que el Chicle es "muy mentiroso" y que cuando hablaban del caso de Diana Quer decía que "no la encontrarían más", que se habría ido al extranjero.

Manuel S.G. le acompañó meses antes de la desaparición de Diana -en invierno de 2015/2016, según ha dicho- a la nave de Asados de Rianxo, donde en agosto de 2016 el supuesto asesino de la joven arrojó su cuerpo en un pozo y donde permaneció casi 500 días hasta su hallazgo. Ambos fueron a la nave a coger muebles forzando la entrada.

Aunque el acusado indicó en su declaración que antes de arrojar el cuerpo no sabía si había agua en el pozo, su amigo ha manifestado en el juicio que precisamente abrieron la tapa de hormigón de ese agujero y sí comprobaron que tenía agua.

La tapa era muy pesada, ha añadido el testigo. Tanto, que Manuel S.G. ha considerado que son necesarias dos personas para levantarla.

También han comparecido en la vista dos chicas, hermanas, a las que el Chicle abordó el sábado 23 de diciembre, días antes de ser detenido. El acusado iba con su coche y paró al lado de las jóvenes para ofrecerles, de forma insistente, llevarlas hasta el bar al que se dirigían. Ellas no quisieron montar y el Chicle se marchó. Pero cuando estaban en el bar, le vieron pasar con el coche varias veces. Hasta cuatro veces, según pudo contar una de las hermanas, que también ha relatado que el acusado insistía mucho en "rubia, ven aquí".