Optimistas entre los limones de granada

Hilario L. Muñoz
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El escritor Chris Stewart visita la BibliotecaGeneral para hablar de su obra, su relacióncon la política actual y, entre risas, recordar su paso como precursor de la banda Genesis

Optimistas entre los limones de granada - Foto: Rueda Villaverde

Con Entre Limones, Chris Stewart logró el reconocimiento de Inglaterra, su país a finales del siglo XX. Su objetivo era relatar las vivencias de un inglés que no quiere trabajar en una oficina y opta por viajar a Granada, a las Alpujarras, para vivir la historia, a veces no tan idílica, de un agricultor. Detrás de ese nombre se escribe una persona que participó en uno de los grupos más influyentes de los 80, Genesis, aunque duró una grabación, que ha esquilado ovejas o trabajado en un circo. Una vida para contar y que llevó ayer al Club de Lectura de la Biblioteca General de la UCLM, que ha seleccionado entre sus obras una de Stewart, El loro en el limonero.

«La ocupación de ser escritor es solitaria y hay que salir de vez en cuando», dijo Stewart sobre estos encuentros que enfoca con humor porque no es trabajo sino que supone «el placer de conocer a los lectores». Él, explicó, normalmente se sienta en casa escribiendo y «no tiene ni idea de cómo se va a recibir lo que escribe».

Su éxito en Inglaterra está marcado por la fascinación que existe en su país con España. «El oficio de hispanista es enorme en Inglaterra mientras que en España el de ‘anglicista’ no existe». De todos modos considera que lo ocurrido con sus vivencias y el interés suscitado fue «un fenómeno inesperado y fantástico» y ahora puede viajar por el país y conocerles. «Acabo de oír de unos lectores que se ríen», señaló preguntado por esa acogida de sus textos. «Tienen un aspecto cómico», con el recuerdo de que el humor es de carácter inglés y del que más se ríe es de sí mismo, al pensar en el mundo idílico que soñó en el campo y el que se encontró en Sierra Nevada. A la vez expuso que cada texto guarda «cierta ternura» y «un mensaje serio», que él atribuye al mismo que dan «todos los escritores bohemios y de izquierdas: la importancia de no ignorar las bellezas de la naturaleza y las cosas sencillas».  Esta naturaleza es la que lleva a alejarse del optimismo que trata de narrar. De hecho apuntó que es «pesimista» ante la ecología y lo que ocurre en el mundo con el cambio climático y los políticos. «Quien lo toma en serio son los niños, los estudiantes», que se preocupan por un camino que lleva «rumbo al infierno».

En su pasado guarda como anécdota ese paso por Genesis, donde compartió escenario con Peter Gabriel y Tony Banks primero como Garden Wall y después como Genesis, participando en varias canciones de su primer disco, antes de que llegara Phil Collins a la banda. «Me echaron a la calle por tocar tan mal», dice Stewart de forma clara, en una historia que se publica así en Wikipedia y que da muestras de ese sentido del humor de Stewart que hay en sus textos. «Es una cosa de mi niñez», expuso, para afirmar que no ha escuchado la música de Genesis, «no por mala leche» sino por otras cuestiones, entre ellas que pensó que era «una banda de un colegio de pijos» o que «hay tanta música que escuchar y tantos malditos libros que leer, que no da tiempo». «Yo no me arrepiento del todo que me echaran a la calle», concluyó, con la mirada puesta en aquel pasado y en ese optimismo del que hace gala en sus textos.