«Los grandes perjudicados somos los jugadores»

Manuel Espadas
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El manzanareño Rubén Marchán, jugador del Ademar León, lamenta la 'guerra' abierta entre la Federación Española y Asobal y pide a las autoridades que elaboren cuanto antes un protocolo anti COVID para los partidos oficiales

Rubén Marchán, durante un partido. - Foto: Ademar León

El duelo entre el Bidasoa del ‘hispano’ Julen Aginagalde y el Ademar León del manzanareño Rubén Marchán debía haber inaugurado ayer la temporada 2020-2021 en la Liga Asobal, aunque un día antes el Comité de Competición de la Federación Española (RFEBM) decidía suspender las dos primeras jornadas del calendario, en orden cronológico, la 1 y la 3, por el riesgo de brotes de contagio por COVID-19. Una decisión que ha supuesto una nueva batalla en la guerra entre la RFEBM y la asociación de clubes (Asobal), hasta el punto de que estos amenazan con disolver este colectivo ante lo que consideran una nueva maniobra federativa para imponer su criterio, incluso con la idea de cambiar el formato de competición, dividiendo la liga en dos grupos. 
Rubén Marchán está viviendo esta situación intentando centrase en el balonmano y «deseando que esto empiece», aunque no sin preocupación. El pivote ademarista cree que «los grandes perjudicados de esta guerra entre Federación y Asobal somos los jugadores, además de los aficionados», lamentando que este tipo de decisiones se estén tomando «a última hora» y sin que se disponga aún de un protocolo anti COVID específico para la competición.

 

EN FORMA

Pese a esta lógica preocupación, Rubén Marchán mira con optimismo a esta nueva temporada 2020-2021, para la que asegura sentirse bien preparado y con ganas de "al menos igualar lo que conseguimos en la campaña anterior", el subcampeonato liguero. "Esta pretemporada me estoy encontrando muy a gusto, con los conceptos de Manolo Cadenas ya asimilados, tanto en ataque como en defensa, y eso me está viniendo bien. Además, este verano me he preparado muy bien y he trabajado mucho en Manzanares", asegura Marchán, muy agradecido a los desvelos de su amigo y preparador físico Guillermo Rodríguez, del gimnasio Get On.