Fúcares, un ejercicio de memoria de 45 años

D.F.
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El galerista almagreño Norberto Dotor expone parte de sus piezas de propiedad particular en la exposición 'Propuesta para una colección' a pocas semanas de celebrar su aniversario

Fúcares, un ejercicio de memoria de 45 años

La Galería Fúcares de Almagro apura los tiempos para emprender a mediados del próximo mes de octubre los actos conmemorativos de su 45 aniversario. De momento, la histórica sala de titularidad privada más antigua de Castilla-La Mancha, aún apura durante dos semanas más la exposición Propuestas para una colección, que se inauguró el pasado 10 de mayo con el propósito de que agotara su ciclo a finales de junio, pero su recorrido le ha traído a las puertas del otoño.

La muestra, que reúne obras de 24 artistas, lo que ya de por sí, es un rasgo atractivo para los interesados en el arte, tiene el valor añadido de haberse formado a partir de la colección privada del propio director de la galería, Norberto Dotor, es decir, es formada por piezas que en algún momento, el galerista quiso atesorar y que formaran parte de su propia vida.

En cualquier caso, una ocasión de asomarse también a la obra de Raquel Algaba, Javier Ayarza, Manuel Bouzo, Patricio Cabrera, Carlos Capelán, Florentino Díaz, Joseba Eskubi, J. Medina Galeote, Ferrán García Sevilla, Jorge Gil, José María Guijarro, Thomas Grünfeld, Alvar Haro, Cisco Jiménez, Jorge Julvé, Rita Magalhaes, Gloria Martín, José Ortega, Ángel Pantoja, Javier Parrilla, Manuel Prior, Fran Ramírez, Thommas Stimm y Jorge Vicén... En una selección que además ha ido cambiando, con nuevas incorporaciones cada determinado tiempo.

En una conversación con La Tribuna, el galerista almagreño precisa que desde el punto de vista de la sala, «cuando montas una exposición colectiva lo que intentas es enseñar el programa que estás haciendo o por dónde ha ido». De esta forma, hay sitio tanto para los artistas que más recientemente se han incorporado al elenco de Fúcares, así como otras piezas anteriores que permiten observar y pautar la coherencia que la sala ha mantenido desde sus orígenes, en otro local de la misma calle Fúcares de Almagro donde se encuentra hoy día.

De hecho, la coherencia a la hora de elegir artista y mostrar piezas ha sido la bandera que siempre ha esgrimido Dotor, y que defendió tanto desde la sala almagreña como desde la de Madrid y desde las numerosas ferias internacionales en las que ha estado presente durante 45 años de trayectoria.

Dotor, que actualmente está jubilado y transfirió la titularidad de la sala a su hermana, confiesa: «Sigo metiendo mano en la galería a la hora de programar, de elegir, de diseñar el proyecto de cada año».

En esta muestra, el visitante puede sorprenderse con la inquietante evocación oriental de Patricio Cabrera o de ver un Bouzo, tres en realidad, en pequeño formato, pero Dotor niega que su intención sea precisamente sorprender. «El sorprendido soy yo, porque la reacción de espectador medio general es totalmente diferente a lo que la galería está planteando. Esa cosa de curiosidad, de avidez, de necesidad de encontrar en el arte algo que forme parte de tu vida, casi ha desaparecido», sentencia.

Así, piensa que esta exposición es también el resultado «de una crisis que continúa, una crisis de valores, una crisis de coleccionismo y una crisis de identidad respecto a lo que sucede en el arte español», detalló. Al comentario anterior añade una queja al entender que «si las referencias institucionales no son las adecuadas y no se tratan las artes plásticas como deberían tratarse, perdemos todos».