La incidencia del COVID-19 en la provincia de Ciudad Real sigue a la baja, donde desde el viernes y hasta el domingo, Sanidad notificó menos de un centenar de casos, 97 en concreto, que mantienen la incidencia acumulada en siete días ya en apenas 56 positivos por 100.000 habitantes, el dato más bajo desde el mes de agosto, mientras que la registrada en un plazo de 14 días retrocede ya a 175 infecciones por 100.000 habitantes, diez veces inferior a la que se anotaba en la provincia hace apenas un mes y el mejor indicador de contención de la expansión del virus también desde el mes de agosto en la provincia.

Es necesario pues retroceder medio año para encontrar una situación mejor en la lucha contra el SARS-CoV-2 que, sin embargo, dejó ocho fallecidos en la provincia en los últimos tres días hasta elevar el número de vidas cortadas por el coronavirus a 1.645 en la provincia desde el inicio de la pandemia. Pese a ese drama, la evolución en la letalidad del virus se va contrayendo también: la semana pasada se cerró con 19 víctimas mortales, diez menos que una semana antes y 26 menos que la semana anterior.

En cuanto a la presión hospitalaria, los seis centros del Sescam de la provincia mantienen el descenso de ingresos por coronavirus y en Manzanares y Puertollano apenas quedan tres personas afectadas en planta por COVID: una en el Virgen de Altagracia y dos en el Santa Bárbara. En la capital, las personas que reciben atención hospitalaria a causa del SARS-CoV-2 baja hasta las 29, el menor número de pacientes desde el mes de octubre.

Las UCI también continúan rebajando su carga de trabajo, aunque todavía permanecen ingresadas conectadas a un respirador hasta 44 personas repartidas en Ciudad Real, Puertollano y Alcázar de San Juan. Son nueve pacientes menos que hace siete días y la menor cifra de pacientes COVID en las unidades de críticos desde el 8 de enero.