El Plan Hidrológico Nacional del Agua lleva aparcado más de tres décadas en España, unas veces con escasa sintonía entre las distintas comunidades autónomas, y otras porque cada cuenca fluvial marcaba claramente sus intereses de apropiaciones de caudal y no digamos nada a la hora del trazado por las distintas redes que se extenderían por todo el territorio español, para llevar agua de las cuencas excedentes de la conocida como la España húmeda a la seca, o si prefieren de la España lluviosa a la seca.
Está ahora a punto de retomarse el proyecto hidráulico de más envergadura que ha contado España en toda su historia. Los contactos y conversaciones se han llevado a cabo en los últimos días en secreto arcano por parte de las fuerzas políticas en el Gobierno y de la oposición con toda reserva y alejado de los mentideros políticos en la villa y Corte, nunca mejor dicho, que pudiera desbaratar tan descomunal proyecto hidráulico. 
Las obras, con millones de kilómetros de tuberías, la mayoría soterradas, darán comienzo pasado el próximo invierno de 2023. Está prevista su plena ejecución antes de cumplirse las metas de la Agenda 2030. ¿Cómo es posible? se preguntarán ahora muchos politólogos y plumillas de altos vuelos-que aquel espejo de obra faraónica cayera roto en pedazos. La culpa fue de la clase política que no estuvo a la altura requerida: catalanes, valencianos, castellanos viejos y nuevos, y extremeños se emplearon en una guerra sin cuartel para sacar la mejor tajada del suculento plato nacional. 
Por otra parte, las refriegas que hubo entre parlamentarios elegidos en sus respectivos parlamentos y las consignas que partían desde los mandatarios de los propios partidos, llevaron al limbo a una de las obras que impresionaría al resto de Europa, y que supondría para las empresas españolas, sobre todo en el sector de la construcción, un aval en imagen y posicionamiento en el merado internacional. 
Hace pocos días, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez visitaba dos pueblos anegados por la crecida del río Ebro, que provocó tremendos estragos en las cosechas de los agricultores ribereños. Desde tiempo inmemorial viene diciéndose que el río mencionado vierte al mar Mediterráneo anualmente doce mil hectómetros cúbicos de agua. En épocas de sequía persistente este dato da escalofríos. No me extraña nada que las inundaciones que hemos sufrido por todo el territorio nacional haya mojado y humedecido el caletre de los gobernantes y hayan convenido la vuelta al anteproyecto de PHN que fue aprobado por una amplia mayoría en el Consejo Nacional del Agua, donde estaban representados los principales agentes afectados, y lo más importante que este apoyo llegaba de los regantes de Aragón y los del delta del Ebro.
Ahora se ha repescado un asunto tan sustancial y básico para España. Por eso nuestra comunidad autónoma DE Castilla-La Mancha estuvo a favor del reparto de los recursos hídricos y la vuelta del PHN nos viene de perlas. 
Hoy es un día ideal para la ensoñación desde esta tierra de gigantes y molinos. Nuestra capacidad de asombro va camino de secarse. Reparen en que hoy son los Santos Inocentes. Feliz año 2022 para nuestros lectores. Y en esas estamos.