El poeta Alfredo Sánchez vuelve a ser novedad por la publicación de Como el felino ansía la gacela -sonetos y una décima-, el número 42 del ejemplar monográfico que normalmente se adjunta a la revista Manxa, que edita el Grupo Literaria Guadiana.

Sánchez, que reconoció a La Tribuna que en sus orígenes fue poeta de verso libre, comentó que «el soneto es, a pesar de su estructura aparentemente rígida, una forma perfecta que permite mucha más libertad de lo que pudiera parecer». En su caso le requirió un profundo trabajo que recorrió de la mano de otro poeta, el solanero Santiago Romero de Ávila.

El autor de este nuevo poemario considera que «a día de hoy, estoy convencido de que el soneto es una horma perfecta para un ejercicio de depuración del lenguaje, en la búsqueda de la emoción de la belleza a través de la palabra».

Entre los sonetos seleccionados para esta publicación, Sánchez ha incluido un ramillete de composiciones premiadas en diversos certámenes, lo que da la ocasión de apreciar su desempeño como sonetista. Así, el libro se abre con los tres sonetos agrupados en Al amor del vino, que le valieron el Premio María Fuentetaja de El Escorial en su edición de 2017 y continúa con otra agrupación, en este caso de cinco piezas, con el título Umbrío corazón con los que un año más tarde alzó el segundo premio en el XXVIII Certamen Nacional Poético de Villarrobledo.

También se muestra en esta obra la composición Caudal de vida, con la que obtuvo el galardón para el mejor soneto en LVII Certamen Nacional de Poesía en honor a los Amantes de Teruel de 2018. De este poema está extraído el verso con el que Sánchez ha dado título al poemario.

Éste y otros dos sonetos centrados también en la peripecia amorosa de Diego de Marcilla e Isabel de Segura, muestran la facilidad del autor para ceñir su construcción lírica a una historia conocida en la que pocas licencias puede tomarse el autor sobre los hechos que dan forma a la leyenda.