Pequeños trucos con el violín, como el pizzicato (tocar las cuerdas con los dedos), interpretaciones en paralelo para apreciar la diferencia entre la gravedad del violonchelo y los agudos tonos del violín, el recurso a melodías que están en la memoria de todos, como la banda sonora de La Pantera Rosa, junto con la cercanía de María del Carmen Alcocer, violinista y conductora del espectáculo, fueron los argumentos del concierto La magia del violín, que ayer llenó de música el escenario instalado en los jardines del Prado.

Aunque el concierto se incluye en la programación infantil de la Feria, se vio un aumento notable de adultos ante la convocatoria del grupo Musicordae. El grupo propuso juegos y diversas preguntas para que los pequeños satisficieran su curiosidad de la música, con objetos como un violín eléctrico, que nada tiene que envidiar a una guitarra del mismo género, a las posibilidades musicales que ofrecen objetos cotidianos, como una bombilla, un barreño de plástico y prácticamente cualquier cosa con la que se pueda golpear o soplar.