La creciente curva de contagios por COVID-19 empieza a complicar la actividad ordinaria en el Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR) y a ser muy preocupante.
De hecho, la evolución disparada de la tercera ola de la pandemia de coronavirus ha llevado a la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real a ampliar en 150 las camas disponibles en el Hospital General y a cuadruplicar las habilitadas para pacientes críticos. Si en condiciones normales el Hospital General Universitario de Ciudad Real funciona con unas 525 camas de hospitalización y 21 de cuidados intensivos, el plan de contingencia activado desde hace unos días «ha incrementado la capacidad hasta 677 camas en el área de hospitalización y de 82 en la de enfermos críticos», ha explicado a La Tribuna el gerente del Área Integrada, Alberto Jara.
No obstante, y pese a este aumento en el número de camas habilitadas, la situación a día de hoy ofrece margen de maniobra, ya que, como apunta el gerente, «hay 294 camas disponibles para pacientes COVID en hospitalización». El número de personas ingresadas ayer tarde era de 207 y en el área de críticos había 35 pacientes con coronavirus hospitalizados, muy lejos de las 82 camas contempladas en el plan de contingencia para estos enfermos.
Alberto Jara explica a este periódico que la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real llevaba días preparando este dispositivo de acuerdo con los trabajadores y profesionales. El plan de contingencia contempla seis líneas estratégicas, la primera de las cuales se refiere a los ámbitos asistenciales que se ven más afectados con el COVID, «sobre todo el área de críticos, la hospitalización y la urgencia para aumentar la capacidad asistencial en todas estas áreas».
Prevenidos. Se trata, añade el gerente, de «anticiparnos a lo que pueda suceder en función de las tendencias y datos epidemiológicos, aumentado la capacidad tanto en el área de críticos como en urgencias u hospitalización para atender en las mejores condiciones a los pacientes que llegan con COVID». De ahí que el plan de contingencia se vaya modificando en función del patrón de la demanda, porque «una de las cosas que caracteriza el COVID es la incertidumbre, y con el plan lo que pretendemos es anticiparnos a los sucesos», las incidencias.
Para ello se basan en indicadores epidemiológicos, los datos que maneja la Gerencia y Atención Primaria y los que proporcionan las enfermeras de Vigilancia Epidemiológica. El objetivo es «estar preparados desde el punto de vista epidemiológico para hacer frente a cualquier circunstancia que se presente y no sature el hospital», recalca Alberto Jara, tras reiterar que se trata de dar respuesta al exponencial incremento de casos por COVID que se está registrando.
A este respecto, el gerente del Área de Atención Integrada de Ciudad Real señaló ayer a este diario que una de las cosas que diferencia esta tercera ola de la primera es que «el número de pacientes no COVID es mucho más alto y, por supuesto, hay que atenderlos» y no dejó pasar la ocasión para reconocer y agradecer a los sanitarios su esfuerzo, porque «este despliegue pone la capacidad del hospital en números bastantes más altos que los habituales y eso es posible gracias a los profesionales».