Clase de apoyo al comercio local

D.A.F.
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El proyecto Adopta un negocio, del Colegio Salesiano Hermano Gárate, elabora un programa de apoyo a diferentes establecimientos y promueve un 'redondeo solidario' en su favor

Clase de apoyo al comercio local

Alumnos de sexto de Primaria del Colegio Hermano Gárate de Ciudad Real han ‘adoptado’ diversos establecimientos de comercio local como parte de una actividad propuesta por su profesor Carlos García Turrillo, quien imparte Matemáticas, Lengua y Ciencias Naturales.

García explica a La Tribuna que planteó esta actividad como una propuesta para que su alumnos, con edades de 11 y 12 años, conocieran el día a día de un negocio desde dentro.

El profesor planteó a sus alumnos que se distribuyeran por parejas para «hacer una descripción de un negocio y hacer una entrevista al propietario, para posteriormente elaborar una biografía, un reportaje y un vídeo informativo de cada negocio», con ello se elabora una página web que sirva para promocionar el establecimiento en cuestión. El proyecto incluye una segunda parte «que consta de la elaboración de un cortometraje, que está todavía en grabación», así como lanzar una campaña de ‘redondeo solidario’, con la que se animá a comprar en el comercio local y además pagar redondeando al alza el precio estipulado como una forma de ayudar a los pequeños establecimientos.

El profesor comenta que con esta propuesta busca que los alumnos asimilen que «es importante trabajar por los demás».

En varios casos, los escolares eligieron para su trabajo establecimientos regentados por algún familiar cercano, pero en aquellos casos en los que no tenían ninguna relación con sus responsables, tampoco plantearon grandes problemas cuando desde el colegio «les explicamos el proyecto que queríamos hacer», detalla García.

Entre los alumnos que participan en esta propuesta está Alicía Muñoz, quien, junto con su compañera, se fijó en la tienda de manualidades Creando, «porque nos encantan las manualidades, y todos los materiales que allí venden para hacerlas».

Francisco Muñoz justifica su elección de la tienda de artículos religiosos Santa María porque «pertenece a un miembro de mi familia», lo que además le ha permitido «seguir de cerca cómo se ha visto afectada por el cierre debido a la pandemia del COVID-19».

Elena Vargas argumenta la opción que hizo junto con su compañera, por la droguería-perfumería Dori: «Un negocio de barrio que ha estado toda la vida y últimamente apenas tiene clientes», también bajo la sombra del coronavirus.

Por su parte, Paula Álvarez, orientó su trabajo hacia la tienda Salvador Bachiller, de la que le sorprende «los productos que vende, la calidad de ellos y lo económico que es».

Alicía Muñoz extrae como aprendizaje de esta experiencia que «muchas personas que solo viven de su pequeño negocio lo están pasando mal en esta pandemia mundial; porque cuando creas un negocio, sea grande o pequeño, es difícil controlar los gastos que tienes».

Su compañero Francisco Muñoz se queda como enseñanza con  que «los niños, con nuestras ideas, aunque parezca increíble, podemos ayudar a los mayores, porque también sabemos utilizar las tecnologías para cosas buenas».

Elena Vargas subraya, además de las dificultades que plantea el coronavirus, que «muchos sitios han tenido que actualizarse, buscando nuevas formas de venta, como es el caso de los restaurantes que ahora sirven a domicilio, o como la Perfumería Dori que también ha pasado a llevar la compra a sus clientes».

Paula Vázquez, más sencillamente, lo expresa como «una lección de vida».