Querido Pascual:

En el siglo XXI, apenas nadie ya escribe cartas. No hay epístolas entre familiares, amigos o entre instituciones. La comunicación vuela por el whatsapp, por el email, los teléfonos móviles, las Tablet e incluso por los relojes. Sí, relojes, 

Al ver la obra Las cartas del Quijote, en el Teatro Municipal de Almagro, pude conocer cómo se enseñaba antes en los colegios, cómo los profesores castigaban a los niños con violencia, cosa que ahora es muy diferente. Quedé maravillada cuando vi cómo se podían compaginar la literatura y la interpretación. Me doy cuenta de que muchos jóvenes no tienen interés en leer. Es una pena porque la lectura es beneficiosa, aparte de que aprendes y mejoras tu memoria, te diviertes mucho y los relatos de los libros son muy interesantes. La lectura es algo fantástico, ya que te introduces en un mundo lleno de sorpresas, y puedes imaginarte como sería en la vida real. La sociedad actual es muy privilegiada ya que la mayoría de los niños saben leer y escribir, no como la pobre Aldonza -la otra protagonista de la obra, limpiadora del colegio-, que quería conocer el contenido en la carta dirigida a su retatataratataraabuela por parte del Quijote. Gracias  a ti, Pascual, aprendió a leer y a reflexionar, una motivación muy difícil de aplicar, por ejemplo, a través de los simples mensajes de Whatsapp de hoy en día. Con una carta puedes organizar las ideas y los sentimientos, pero la actualidad nos conformamos con un mensaje o un emoji. Parecerá una locura pero si lo piensas los libros pueden desparecer si no hay nadie que los lea o los escriba. Creo que los libros son algo muy importante en la historia de la humanidad. Esa oportunidad que le diste a Aldonza debería servirnos de lección. Nos aferramos a las nuevas tecnologías sin más. Sin embago, leer te permite tener una mente más abierta y descubrir nuevos mundos sin límites.