Manuel López Camarena

El Yelmo de Mambrino

Manuel López Camarena


Hay que mimar la salud y la democracia

23/12/2021

Antes de meternos en más faena de la que alude el refrán castellano -parece que las lenguas minoritarias que se hablan en determinadas zonas geográficas de España no  tienen tanta riqueza de refranero como la lengua madre- sí me gustaría, disgustándome, aludir en unas líneas a la actitud de un partido, Ciudadanos, que parecía llamado a servir de fiel de la balanza electoral y postelectoral, pero que al final ha quedado como residuo para urdir crisis, de ellas algunas con marchamo de traición, lo que no sólo desbarata el planteamiento establecido por el pacto de que se trata en cada momento, sino que afecta a la batalla iniciada  hace ya más de 40 años para consolidar, de verdad, un sistema democrático real, serio, verdadero, homologable al ciento por ciento… y no la especie de liguilla de barrio que los llamados políticos de hoy han instaurado con el único fin de que se mantenga en pie, como empresa en la que un número elevado ciertamente, aunque no escandaloso aún, tiene el cocido asegurado, peleándose de verdad unas veces y de mentirijillas otras. Último caso, la llamada traición de Cs en Castilla y León, dónde -¡qué afición la de estos chicos!- han repetido la jugarreta, o traición, de Murcia, en las que -ambas dos-, el único fin era descabalgar del mando al PP, con el que el capitidisminuido y cobarde partido que fuese de Rivera y luego de Arrimadas, gobernaba y detentaba  algunas consejerías. (Digo cobarde porque Ciudadanos ganó ampliamente unas elecciones regionales en Cataluña y, hopo, o jopo, entre las piernas, huyeron, con escándalo de muchos españoles, de la obligada responsabilidad de intentar formar gobierno y salvar a aquella enloquecida región del desgobierno y el radicalismo de los separatistas.)  Y esto es lo que hay, que con ejemplos como este y otros no escasos…, hoy PP, mañana PSOE, pasado unos contra otros en las regiones, y la necesidad insalvable, tantas veces, de establecer acuerdos, pactos y matrimonios de conveniencias, la democracia a la española se ve saltando de palo en palo -o de pacto en pacto- como las gallinas a la hora de buscar acomodo en aquellos gallineros de antaño, a la hora del descanso nocturno. O sea, que, ahora mismito, por no ir más lejos, si España estuviese libre, que desgraciadamente no lo está, de buscadores de acomodo tales que Pedro Sánchez, Pablo Casado, Arrimadas, Ayuso, etc., y tantos y tantos otros, a los que, insisto, bien podemos denominar buscadores de acomodo en muchos casos, y los partidos, grupos y grupillos tuviesen mejor y más seria mano a la hora de confeccionar listas y candidaturas, no duden que nuestra democracia, hoy, estaría mejor asentada en todo el territorio que la vida le ha asignado, y no se nos vemos inmersos en continuas peleas en primarias, secundarias y hasta terciarias, como las viejas fiebres de antaño ahora que andamos de pandemia. 
Pandemia que, como se esperaba ante la inacción del Gobierno de España, que le pasa el mochuelo a las comunidades, que organizan diecitantas estrategias distintas para alegría y regocijo de los virus… se llamen como se llamen. Así que tengamos tanto cuidado a  la hora de elegir las armas  para luchar contra el peligroso bicho, como las necesarias para apoyar y mejorar la democracia.