La tormenta política que azotó en los últimos días el país, y que derivó en la convocatoria prematura de elecciones para poner fin a la legislatura con más turbulencias de la historia reciente de la democracia, ha apartado de las portadas otra realidad que hasta hace poco copaba los grandes titulares: el reloj del Brexit sigue corriendo y por el momento entre la Unión Europea (UE) y el Reino Unido no se ha articulado ningún acuerdo que sirva de red ante la posibilidad de una desconexión dura. Mientras el Parlamento británico trata de alcanzar un acuerdo de mínimos con el que acudir a la Unión Europea, casi 400 empresas de toda la región, más de 70 de la provincia de Ciudad Real, siguen manteniendo negocio directo con el territorio británico, y es posible saber algo más sobre ellas. Por ejemplo, que buena parte de las firmas regionales que operan en el Reino Unido pertenecen al sector de la industria aunque es el vino y sus derivados quien consigue cifras más altas de facturación; que el 97 por ciento de las mercantiles que venden en las islas británicas pertenecen a la realidad de la pequeña y la mediana empresa; y que prácticamente la mitad de ellas opera desde hace más de 16 años. También, que una de cada diez tiene un elevado riesgo de impago.

La radiografía de las empresas se puede esbozar a partir de las cifras que recoge el Instituto de Comercio Exterior y aquellas recopiladas para La Tribuna por Insight View, plataforma para el estudio sobre la realidad de las empresas. Hasta noviembre del año pasado, en espera de que el Ministerio de Economía cierre los datos del ejercicio, había 386 empresas de Castilla-La Mancha operando en territorio británico, y el montante total de las ventas regionales en el Reino Unido superaba los 306 millones de euros. De ahí, 73 empresas tienen su sede en la provincia de Ciudad Real, y las ventas al territorio británico desde la provincia superan los 92 millones de euros en los once primeros meses del año. Tanto en la provincia, con cerca de 50 millones de euros, como en el conjunto de la región, con 57,6 millones, el sector del vino y sus derivados copan las ventas en el mercado británico, que es además un nicho importante para bodegas y cooperativas en lo que a vino embotellado se refiere, ya que más del 80 por ciento de las ventas se hace a partir del embotellado.

Más allá de esas cifras se puede definir un poco el perfil. El informe sobre el sector exportador regional al Reino Unido realizado por Insight View para este diario eleva hasta los 10,6 millones de euros la facturación media de las mercantiles castellano-manchegas que operan en el mercado británico, con un resultado medio favorable de 0,3 millones de euros. Dentro de ese conjunto de empresas, casi seis de cada diez pertenece al sector de la industria, que es el segundo en cuanto a montante de ventas en las islas, y apenas el 6 por ciento están dentro del sector agroalimentario, aunque son las que obtienen un mayor volumen de ventas gracias al empuje del vino.

Como sucede con el tejido empresarial de la provincia, la salida al Reino Unido es cosa de las pymes. Según el estudio de Insight View, el 27 por ciento de las empresas exportadoras a ese territorio son microempresas, y el 35 por ciento son pequeña empresa. Además, otro 35 por ciento están dentro de lo que se conoce como mediana empresa, y sólo el tres por ciento puede considerarse, por sus características, como una gran empresa. El 24 por ciento tiene una antigüedad de más de 25 años y otro 25 por ciento de entre 16 y 25 años, por lo que casi la mitad de las mercantiles que están operando en el Reino Unido cuentan con una experiencia empresarial de más de 16 años, y sólo un 5 por ciento son empresas recién creadas que se han lanzado directamente a la exportación, aunque un 18 por ciento de las mismas, casi una de cada cinco, tiene entre dos y cinco años de antigüedad.

Por último, nueve de cada diez empresas castellano-manchegas que exportan al territorio británico son solventes económicamente, y apenas el 9 por ciento tienen un riesgo elevado o máximo de impago. De hecho, en el 71 por ciento de los casos, el riesgo es bajo, y en un 6 por ciento mínimo.