El paisaje y la mirada del pintor en Artem

D. Farto
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La nueva galería de la capital reúne durante un mes obras de Julián Peco, Ventura Caballero y Fernando García Medina

El paisaje y la mirada del pintor en Artem

Tres modos de situarse ante el paisaje manchego se dan cita en la ciudadrealeña galería Artem (C/ Estación Vía Crucis, 12), donde desde ayer y hasta el próximo mes de octubre están expuestas 16 piezas de Ventura Caballero, Fernando García Medina y Julián Peco, reunidos en la exposición Tres artistas, tres miradas.

La muestra resulta curiosa para el espectador, sobre todo si a ello se suma la particular elección que ha hecho cada pintor. García Medina muestra obras en las que prácticamente hurta el cielo; Peco se vuelca en los más mínimos detalles del color, con lo que sus paisajes se vuelven fantásticos, mientras que Caballero hace un estudio de la luz y la atmósfera ya sea en los grandes planicies que rodean Tomelloso o en los secarrales que acechan los límites urbanos de Ciudad Real.

En declaraciones a los medios de comunicación mientras ultimaba la colocación de sus obras, éste último explicó: «Me gusta el paisaje manchego, pero la dificultad es que no hay nada y se trata de pintar esa nada».

El artista reconoce que en su representación del paisaje «me gusta que el espectador pueda saber la época del año en que he pintado la obra y también a que hora del día está pintada», como una forma de alcanzar la armonía.

Por su parte, Julián Peco, uno de los veteranos que participó en la puesta en marcha del histórico grupo Mancha 10, reconoce que su obra constituye una idealización de los espacios. Pero tanto puede detenerse ante un espacio cubierto de piedras o acudir a las cercanías de El Robledo para recrearse en las transparencias y los reflejos que produce el agua, lo que consigue con una pincelada detallista con la que va registrando los más mínimos cambios de color.

A su vez, García Medina, que no oculta que le gusta pintar «con el caballete tocando tierra», confiesa que su tendencia a buscar aquello que quiere pintar le ha conducido a discusiones con algún propietario de tierras, muestra en las obras seleccionadas para Artem, un gusto por el estudio de la llanura, hasta el punto de reducir el cielo a una leve tira azul o gris, lo que da mucha más importancia a los amarillos, ocres y grises que se desarrollan en el suelo, casi siempre elementos dominantes en primer plano que acentúan la sensación de soledad.